Era verano, más concretamente agosto del año pasado, y con la calor que hacía pensé en ponerme al lado de un pilar que tenemos en un coto de sierra, y el rebosadero del pilar forma una charca que está totalmente cubierta de juncos bastante tupidos, con lo cual sientes los cochinos pero no los ves.
El pilar esta a los pies de un cerro y pensé en ponerme en la falda de dicho cerro , para tener visión desde lo alto y ver si desde esa posición podría ver algún cochino que entrase a la charca.
Me puse temprano, sobre las ocho y media de la tarde, para acomodarme con tiempo y dejarlo todo preparado para no hacer ningún ruido a la hora en que empezara a moverse la fauna.
En la falda del cerro hay unos riscos y me puse en una especie de balcón, que hay encima del pilar, que aunque no era muy amplio, si tiene una base plana de piedra de un metro aproximadamente, en el cual tenía sitio para colocar la silla y el trípode y acomodar y tener a mano el macuto, el agua , los prismáticos , el líquido anti mosquitos, la gorra con la mosquitera, y toda los artilugios que suelo llevar en cada aguardo y que cada vez son más , amén de los cascos que aunque en invierno los uso más , ahora en verano por el canto de los grillos, te los tienes que quitar pues te impiden oír nada más que grillos.
El único defecto que tenía el puesto es que estabas de cara a donde sale la luna, pero por lo demás se estaba en la gloria, así que a disfrutar del campo y despejarte de todos los problemas cotidianos. Me re trepe en la silla,y a contemplar la puesta de sol, la infinidad de animales que pasaban a saciar la sed en el pilar, palomas torcaces , alguna tórtola , infinidad de pajarillos de todas las especies , osea un verdadero placer nada más que ver las visitas que tenía desde aquella atalaya . En ello estaba cuando pensé si había metido las balas en el rifle, lo abrí y efectivamente no lo había cargado así que lo cargue , y puse las balas a mano por si acaso.
Lo que veía desde el puesto era el pilar y a continuación la junquera con unos álamos alrededor, un llano de unos 700 metros de profundidad, a mi derecha había un cerrete más bajo que el que yo estaba con muchos quejigos muy grandes , que es por donde yo espera que podrían entrar los cochinos.
Cuando empezó a anochecer vi aparecer un zorro que venía de los quejigos de mi derecha, en dirección a la junquera , lo empece a apuntar y me di cuenta que el tiro iba a ser un poco largo, si los cochinos entraban por donde el zorro, sobre todo de noche, y que entre los quejigos y la junquera no había muchas matas , solamente algunos espinos diseminados, con lo cual el cochino que entrase no creía que se parase y habria que tirarle al trote que llevarían para atravesar el claro lo antes posible.
En estas estaba cuando sentí por los quejigos un gruñido , cogi los prismáticos y empecé a escudriñar a ver si veía algo. Después de un rato de mirar conseguí ver que era una piara que llevaba tres cochinas, una muy grande y dos más pequeñas, que seguramente serían hijas de esta y unos siete cochinos más pequeños .La piara estuvo un buen rato escudriñando por debajo de los quejigos y después se dirigieron hacia el agua, pero dando un rodeo, por la parte más alejada a donde yo estaba, pasando por una hilera de espinos , que le daban cobijo y se metieron en los juncos y una vez dentro estuvieron un buen rato con gran algarabia, hasta que se fueron, pero yo por donde salieron no los pude ver. Además ya empece a pensar que por donde habían venido iba a ser difícil poder disparar, en caso de que entrase otro cochino por el mismo sitio.
A pesar de ello estaba disfrutando, pues había visto el zorro y la piara de cochinos , y aunque los mosquitos no dejaban de volar alrededor para intentar picarme , pero se me había pasado el tiempo volando.
En esos pensamientos estaba, cuando oí el mover de unas piedras por donde mismo había entrado la piara, así que de nuevo a tirar de prismáticos y mirar y remirar , a ver si descubría el causante del movimiento de piedras, pero no había forma, no conseguía ver nada. Así pasó un buen rato hasta que conseguí ver un bulto, al pie de un quejigo grande , pero que entre que estaba debajo del quejigo y que no movía ni una pestaña, ya no sabía si sería un cochino o una piedra grande que estuviera allí. Asi estuvo un buen rato sin moverse y yo no hacía nada más que mirar y volver a mirar, pero nada, lo que fuera estaba siempre en el mismo sitio. Ya pensaba que sería un peñón, pero de cuando en cuando volvía a mirar de nuevo y allí seguía en el mismo sitio. Miraba por todo lo que dominaba, a ver si se veía algo , y acababa en el quejigo a ver si aquello se había movido o no. Y nada ,todo seguía igual. Asi estuvo más de media hora ,hasta que empezó a moverse y ya vi que era un cochino solo, que se dirigía a la charca, pero esta vez no dio tanto rodeo, sino que se dirigía más derecho , aunque se iba parando en los espinos que habían salteados en el llano, daba un trotecillo e iba hacia otro espino , se paraba detrás del espino y otro trotecillo hasta el siguiente, pero estaba lejos y no me atrevía a tirarle pues la distancia era grande y quería asegurar el tiro. El corazón cada vez iba más rápido, la boca más seca y los ojos se me iban a salir , pues cuando menos te lo esperabas se arrancaba de detrás del espino y no te daba tiempo a centrarlo cuando ya se había tapado en otro espino, y así hasta que se metió en la charca y se perdió de vista. Allí lo estuve escuchando un rato hasta que lo oí salirse de la charca, pero ya por un sitio que no veía.
Después de irse el cochino la cosa estuvo más tranquila, y ya como era tardecillo pensé en recoger e irme, y al día siguiente ponerme más pegado a la charca, si el aire lo permitía , y poder tirar más cerca. En esos pensamientos estaba cuando al mirar a mi derecha veo que viene otro cochino solo, por donde había entrado el anterior, le pongo todavía más atención para ver si se descuidaba un poco y le podía tirar, pero no hubo forma, cuando ya lo tenias se tapaba con un espino y nada , vuelta a esperar que saliera , apuntar y de nuevo otro espino, y como cuando se paraba en la oscuridad del espino ya no veías nada hasta que de nuevo hacia la misma operación . Así que de nuevo se metió en los juncos y yo con dos palmos de narices, sin poder haberle tirado. Me espere a ver si este salía por un sitio que lo pudiera tirar , pero nada , no dio oportunidad , me espere un buen rato hasta que ya no se oía nada y vista lo tarde que era recogí con el mayor silencio que pude y me fui lo más sigilosamente que pude , pensando en ponerme el día siguiente.
Al día siguiente, en vez de ponerme en los riscos que hay sobre el pilar, me fui más cerca de las junqueras, y aprovechando un par de espinos grandes que hay pegados a las junqueras coloque un puesto de lona, de esos que se utilizan para el reclamo de perdiz, pero poniéndome por la parte donde se cierran las hojas del puesto, para tener espacio para mover él rifle hacia un lado o hacia el otro e incluso mover el trípode dependiendo de por donde entrase el cochino, en el caso de que entrase. Además le puse al puesto una especie de techo que tiene para evitar que me detectaran . El problema del sitio es que no tenía las vistas que tenía el día anterior, asi que puse toda la atención posible, pues era posible que cuando viera al cochino lo tuviera encima.
Oscureció y no oía el trajín del día anterior, vi a un zorro pasar y no me dio tiempo practicamente ni a apuntarlo, empezaba el ruido de los grillos y algunas ranas que habían entre los juncos, con lo cual oía bastante menos que el día anterior, así transcurrió un buen rato sin ver ni oír nada, hasta que de repente vi venir un cochino directo a mi , lo apunte de frente , pero como veía que se acercaba y no hacia ningún extraño lo deje acercarse más y más , hasta que cuando estaba a unos quince metros ya pensé en tirarle, le apunto bien entre los ojos y cuando intento disparar tenía el seguro puesto y el cochino sin enterarse empieza a colarse por mi izquierda, Consigo quitar el seguro lo busco, pero al tener apoyado el rifle en el trípode ya no me daba más el cuerpo para girar y tirarle, así que me echó hacia delante me quito la culata de su sitio, la dejo en el aire y mirando lateralmente por el visor veo el punto rojo sobre la paleta del cochino agarro fuerte el rifle por el pistolet y disparo, se me cae el trípode y casi el rifle, yo me quedo de rodillas en el suelo y con el follon no oigo ni para donde ha ido el cochino ni nada.
Cojo el trípode, lo vuelvo a poner en su sitio, pongo el rifle encima, me tranquilizo y empiezo a pensar en que habrá pasado, no he oído al cochino entrar en los juncos , pero la verdad es que no sé qué es lo que habrá pasado. Sé que el cochino lo vi por el visor, pero como el rifle lo tenía paralelo a la línea que forman los hombros y la culata sin tenerla apoyada en el hombro sino asida por el pistolet y mirando por el visor no de frente sino lateralmente , la probabilidad de haberlo fallado eran bastante grande, así que estuve un buen rato escuchando a ver si oía algo, pero nada. Ya me puse a mirar por el visor a ver si se veía algo, total que después de un rato mirando veo un bulto que parecía un cochino en mitad de un claro, pero se veía como si estuviera viendolo de culo, pero dudaba de si era el cochino o era una piedra, de las que había por allí bastantes. Después de un rato de mirar a ver si se movía o no, y no ver que se moviera nada, cada vez me decantaba más porque fuera una piedra, pues no iba a dar la casualidad de que no se moviera algo que lo delatara, además ni se veía ni una pata , una oreja, el rabo ni nada . Así que ya pasado un rato y viendo que no se oía nada y que la curiosidad me corroía por dentro, me puse a buscar la linterna que uso para rastrear, la cojo y veo que prácticamente no tenía pilas, busco otra pequeña que la uso por si me ha caído algo en el puesto al recoger, que da muy poca luz pero para eso es suficiente y que tiene la ventaja de que al tener poca luz , es difícil que te vean de lejos.
Me levanto, pero en vez de irme para donde yo veía la piedra que parecía el cochino, me fui para donde yo le tiré , para ver si se veía algo de sangre o algún indicio de que le hubiera dado. Pero con la luz que daba no vi nada , y me fui para donde yo suponía que estaba la piedra, pero ya el ángulo era distinto al que tenía de donde yo le tiré, y al tener tan poca luz tenía que alumbrar muy vertical hacia el suelo para ver algo y así anduve un rato hasta que en un regatillo que había en el llano tropecé con una piedra y me fui al suelo , cuando me levante seguí un poco y vi un peñón y me dije este es el peñón que creía que era el cochino. Me di la vuelta y me oriente por los árboles que había alrededor de los juncos, pues con la linterna no veías a más de un metro , y me fui para el puesto. Cuando me senté en la silla, no paraba de pensar en lo ocurrido y de volver a mirar por el visor hacia dónde estaba el cochino y decir para mí "hay que ver la pinta de cochino que tiene el peñón", pero como había estado allí, decía pero no es. Asi estuve hasta que ya bastante tarde me levante, recogí y me fui lo más silencioso posible hacia el coche, pensando en volver al día siguiente con el teckel a mirar bien y salir de la duda.
CONTINUARA