El pasado domingo fui a Cazorla a recechar la hembra de cabra. Los paisajes, espectaculares. Me llamó la atención la enorme variedad de ecosistemas que encuentras en la reserva, desde terreno semidesértico, olivar, dehesa, pedriza, unos umbriones preciosos, los pinares, pradera de montaña... Una delicia el poder cazar allí. Vimos bastante caza, cabras, muflones, venados... Me llamó la atención el pequeño tamaño de la cabra de allí, que es la variedad hispánica, en comparación con la de Gredos, que es la que conozco ( Capra pyrenaica victoriae). Pero sobre todo me sorprendió el carácter poco gregario de las cabras. Veíamos grupos pequeños de dos o tres hembras como mucho con los chivos y algún machete. El guarda me decía que desde la epidemia de sarna que diezmó la población de cabras, éstas cambiaron su forma de vida. Probablemente sea una forma de defensa frente a la sarna, decía, que se propaga más fácilmente cuanto mayor es la concentración de animales. Algo para estudiar....
Por lo demás, no me gustaron nada las balas. Tiré a la cabra a unos 150 metros, dos tiros en la caja torácica que no tocaron hueso y la cabra ni se inmutó. Demasiado duras, supongo. Me decía el guarda que suele pasar a la mayoría de cazadores. Suerte que con el tercer tiro toqué la columna y la eché al suelo, cobrando una cabra no muy vieja, de 8 años, pero que no llevaba choto. Lo mejor, como he dicho, los paisajes de Cazorla.
Saludos y buena caza.