Mi consejo es que por mucho que te joda, lo mejor es cambiar de coto. Después de muchos años cazando, hace tiempo llegué a la conclusión de que cazo para divertirme y en el momento en el que un compañero de coto o un furtivo empiezan a tocar las narices, la diversión se acaba y vienen los problemas. En este colectivo, como en todos, hay sinvergüenzas que llevan las situaciones al límite. Ellos se mueven como pez en el agua en las disputas, pero a los que solo nos gusta salir a cazar y disfrutar del campo, nos acaban amargando y robando esos momentos de paz y tranquilidad en el puesto. Si como te ha dicho algún compañero, hablando amistosamente solucionas la situación, perfecto, pero si se pone a las bravas, lo mejor es dar boleto al coto y buscar otro sitio tranquilo donde puedas volver a disfrutar de tu afición, por mucho que te cabree que el jeta ese se salga con la suya. Un saludo.