Cuando estas sentado esperando al que no ha dado palabra de venir, parece que todo se te viene a la cabeza de manera más clara; problemas, cuestiones sin resolver, o la cosa más tonta del mundo en la que no pensabas o reflexionabas desde hace mucho tiempo.
Es como echar el freno a la veloz vorágine de la vida actual, emulando a un lama con rifle te dejas llevar, lo que tienes en esos instantes es ese tiempo que invariablemente te falta todos los días para dedicarlos tan solo a pensar.
No hay dos esperas iguales, un lance aunque sea sin haber disparado, te puede parecer muy largo siendo minutos cuando lo vives tan intensamente que es como si el minutero del reloj se detuviese. En cambio otros lances igual de intensos hacen volar los minutos de tal manera que al mirar la esfera del reloj te asombras de lo rápido que se te ha hecho.
El coscorrón te alivia de vez en cuando el sueño y con el oído atento de las liebres, como ellas pasas de cero a cien en concentración ante el más mínimo ruido sospechoso de provenir de los andorreos de un jabali. El más tibio roce o siseo de las jaras al moverse es como la mejor taza del más negro café para el cuerpo, los ojos se abren todo lo que pueden por la tensión con las pupilas dilatadas y las orejas parece como si se estiraran intentando abarcar todos los sonidos del campo en ese momento.
Quien sabe que me mueve a mí, al igual que a muchos compadres cazadores por la noche el ir tras los trasiegos de los jabalíes. Algo debe tener, al cazador que engancha lo necesita como si de droga alucinógena se tratara. Será el duelo de tú a tú con el animal, la incertidumbre de carecer de luz en la caza de una pieza que te sobrepasa en todos los sentidos salvo a veces en el más común de todos ellos y por eso de vez en cuando ganamos. Sera la relajación absoluta que tanto nos hace falta hoy en día, no lo sé aunque presumo que es una mezcla de todas ellas en mayor o menor medida según la persona.
Cada cazador entiende las esperas a su modo y manera, todas son licitas si la conciencia del que las ejerce está tranquila. Por eso es tan bonito y engancha tanto, “es caza en cuadrilla de uno” como decía un amigo mío, cada cual le saca su jugo e incluso un mismo cazador a lo largo de su vida le sacará un sentido diferente según la etapa que le toca vivir.
Que viva la espera, aguardo, ……..etc