Para el próximo otoño, Dios mediante, volveré a Zamora a cazar un lobo. Me gustaría encontrarme con este ''señor'', no lo oculto, e igualmente me encantaría tener una conversación con él, de regreso, con mi lobo cazado ocupando sitio preferente en el maletero del coche, con su precinto correspondiente y cazado legalmente y de poder a poder...