Buen relato, D. eduardo, denota mucha experiencia, pues de ser una cabra o un burro es más fácil advertirlo. Pero un verraco... yo sé de muchos que le hubieran dado "matarile".
Una noche de verano andaba yo por el pueblo cuando llega mi primo (que es un correlindes) y me dice que ha visto el guarro más grande de su vida en un trigal. Ea! pues vamos a hacerle una visita -dije yo.
Conque cojo el rifle y la linterna y nos metemos en el coche los dos. Dejé el coche muy lejos, y le entramos andando muy despacio, y ya llegando veo el bulto. "Muy grande es ese jabalí" pensé yo. Y cojo y me acerco otro poco y ya lo oigo resoplar. Le echo la luz ya sabiendo lo que era, y le digo a mi primo: mira que gorrino tan raro.
y es que era el jaco de uno del pueblo, que lo tenía en una vega cercana y se le había soltado.
Y ovejas... otras tantas.
Hasta una vez me entró un tío, que iba furtiveando lo que no era suyo. Yo me quedé quieto a ver en qué quedaba aquello, cuando lo veo que se mete por la orilla del bancal de avena alante derechito donde estaba yo sentado, a la sombra de un chaparro. Ya lo tenía a diez metros, y cogí y le dije: ¡alto a la guardia civil! y del susto que le entró se orinó encima.
Al final resultó ser uno del pueblo, que no era mal tío. Pero entre el susto que llevó y la bronca que le di después, ya se le quitaron las ganas de pisar lo que no es suyo. Y sobre todo de no jugarse la vida así...
Menudas risas me eché después yo solo