Como desde hace ya varios años voy de cacería al mismo campo, al cual lo tome como mi escuela de caza. Escuela digo pues en el estoy aprendiendo el hermoso arte de la caza al rececho. Y de paso aprovecho para algunas noches realizar los aguardos. Fue así que una semana antes de las de Pascuas, cargue todo en el auto y rumbee hacia el campo en la localidad de Chamáico, La Pampa. Después de recorrer unos 530 km arribe al campo donde ya me estaba esperando el dueño cocinando un buen cuidado de carne de jabalí, más luego fueron llegando otros cazadores, amigos también, y entre mate y mate, luego vinieron los quesos y fiambres y llegó la hora del almuerzo y como ya estábamos en el baile seguimos bailando. Entre charla y charla,los amigos cazadores que frecuentan casi todas las semanas me dieron indicios de unos jabalíes que entraban al maizal, desde un monte vecino a dicho lugar. Listo me dije a mi mismo, a ese monte le entró mañana a buscar rastros que lleven a algún jabalí. Después de tal descomunal almuerzo, me retiré a una siesta reparadora. A las seis de la tarde ya bien descansado, tome un buen sillón, los binoculares, un par de habanos, y sin el fusil, busque un buen lugar para tratar de divisar de donde salían los jabalíes que entraban al maiz y por volvían. Estando ya ubicado, y deleitando un buen habano, veo algo saliendo del maíz y volviendo al monte, inconfundible, el tranco retacon del jabalí, entodavia no había bajado el sol, lo que me indicaba que este buen señor salia temprano a cenar. Ya tenía un buen indicio, de donde entrarle al día siguiente al monte y si no tenía suerte en el rececho a la tarde lo iba esperar cuando entrara o saliera del maizal.
El día lunes luego de unos mates y charla con otros cazadores me fui para el monte, llegue a mi paraíso, muy cerrado, pero no imposible de transitar. Estuve adentro del monte sin poder encontrar nada hasta cerca del medio día, tiempo de regresar para el almuerzo, como siempre, de entrada fiambre y queso y luego asado. Luego de la sobremesa llegó la hora de despedir a los amigos cazadores que se iban. Yo me quedaba hasta el jueves. Tenía el campo a mí disposición por tres días. Pero ese lunes a la tarde no iba a entregar nuevamente al monte, iba a esperar al jabalí que entraba temprano al maizal. Cuatro de la tarde busque una ubicación perfecta, el viento, pastos altos tras los cuales me pueda ubicar y desde dónde en cualquier momento tenía una visibilidad perfecta del recorrido que supuestamente hacia el jabalí para entrar en el monte, lo único que tenía en contra en ese lugar era que el jabalí al cruzar por una picada o corta fuego iva a ser imposible tirarle pues había ganado vacuno. Entre mi deseaba que el jabalí no pasará por ese lugar, pero las huellas y lo que había visto me decían lo contrario. Arrear al ganado vacuno no estaba en mi repertorio, así que el único Tiro que tenía era cuando esté por entrar al maizal o a la salida.
Seis y media, salió del monte y no cambia su rumbo, las vacas le servían de escudo, me posicione de rodillas y esperes que estee por entrar al maizal, un tiro de no más de 15 metros, y se dió espectacular, se sintió el bolzaso, y el animal vuelve sobre sus pasos y enfila hacia el monte nuevamente, pero a los 20 metros cayo. Me levanté para ir en su busca, y ahí fue mi gran sorpresa, adentro del maizal veo un bulto negro, el alma se salió de mi cuerpo, me olvide del jabalí que había cazador, me adentro unos pasos en el maizal y me encuentro con la ingrata sorpresa de un ternero que yacía en el piso agonizando. Deje todo en el lugar y fui en busca del encargado, y le comente el accidente, volvimos lugar donde todavia agonizavba el pobre ternero y con un disparo en la cabeza termine con su agonia. Y al reviasr al animal encontramos que la bala le habia trapasado el cuello. Sacando conclusiones llegue a determinar que la bala del .338 de 250 grains traspaso al jabali y que debido a que el pobre ternero estaba comiendo la bala le atraveso el cuello, pues sino estaba comiendo ni lo rozaba. Para hacer el relato mas corto, yo destace al jabali y el encargado al ternero. el dia martes cargue todo en el auto y nme diriji al pueblo para buscar al dueño pues el mismo se habia ido del campo el dia domingo a la tarde y explicarle lo sucedido, y decirle que yo me volvia a mi pueblo y le depositaba lo que costaba el animal que le habia matado, un ternero de 250 kg, y mi gran sorpresa fue la respuesta de mi amigo, "Ferloni dejate de joder, volve al campo y segui cazando, que mientras nio te haya pasado nada vos no es nada, el animal se come, aparte amigo la culpa no es tuya es del encargado, pues sabe bien que los terneros no pueden estar dentro del maiz pues pueden morir empastados"