Otros diez renglones para detallar, someramente, lo que dio de sí la cacería oscense en la que estuve. Término nunicipal de PERTUSA, en la puerta ya del SOMONTANO DE BARBASTRO, pero Comarca de la HOYA DE HUESCA, entoavía (que diría JMAKO). Gran finca sembrada de maiz, de unas 80 Has., cubierta en sus linderos, en forma de círculo más o menos perfecto por unos 13 o 14 cazadores auxiliados por entre 25 y 30 perros, podencos, sabuesos y anglos (algún "mil leches" tambien pude observar). Cacería muy activa, pues cuando los perros dan con los jabalíes, es totalmente imprescindible el uso de emisoras desde las que se comunica al colectivo los lugares de escape de la manada que se ha divisado. Las distancias entre puesto y puesto, a veces, pueden pasar de los 100 metros, por lo que, si la orografía (vaguadas, arroyos, etc.) no acompaña y no hay emisoras para que los cazadores achiquen espacios (como en el futbol), se pueden colar entre puestos y te quedas sin pegar un jodido tiro. Lo mas difícil para los perreros es agrupar a los perros todo lo posible, pues son cacerías muy dadas a que cada perro intente hacer la guerra por su cuenta, pues, dentro de la plantación de maiz, es casi imposible detectar por donde caminan los canes y si tienden a salirse de la zona de la plantación. También son muy útiles las emisoras para parar y retener a los perros que intentan quitarse de enmedio, aunque, también, van todos perfectamente equipados para, dado el caso, poder seguirlos y encontrarlos con las antenas. Por descontado, está totalmente prohibido tirar dentro del maiz, pues es peligrosísimo dada la poca visión que hay y que los perreros también están en el ajo. Yo personalmente no tuve suerte, ya que ninguno buscó escapar de la quema por la zona que yo cubría, armado con el Expres paraalelo del 7,8 por 56, para tiros cortos y de mi inefable BLASER con visor, del 300 WM con visor, para tiros más largos, aunque, lo normal, cuando cumplen, es que te salgan a un máximo de 35 o 40 metros. En total se abatieron 11 jabaíes, 4 ó 5 de entre 60 y 65 kilos y, los restantes, más pequeños. Ninguno con boca que llamara la atención, pues lo que hacen es jartarse de comer y realmente pocos llegan a cumplir los dos años o dos y medio. Tradicionalmente se suele terminar con un opíparo almuerzo, a base de huevos fritos, panceta, torteta, morcilla. chorito frito, callos, etc. pero hasta en eso este año he tenido mala suerte, pues empece una dieta por exceso de peso y no quise coger en un día los pocos kilos que tanto trabajo me había costado perder y en el que se habla de la cacería celebrada, de los errores cometidos y de los que no terminados de aprender nunca, amen de las burlas típicas a los que han fallado alguno tirado a cascaporro. Como todos somos buenos amiguetes, se soportan bien cuando eres el blanco de las ironías pues siempre alguien ve el fallo y a los dos minutos todo el mundo lo sabe por mor de las emisoras. Ni que decir tiene que los dueños del maiz te esperan como agua de mayo, pues, en ocasiones, los daños que producen las piaras, llegan a cifrarse en entre el 15 y el 20 por ciento de la cosecha. Yo he observado rodales de 50 metros de diámetro complétamente tronchados. También es norma tirar a todo vicho bicho viviente (sea zorro, corzo o jabalí), aunque sea rayón, pues está comprobado que la falta de un único rayón hace que se cambien de campo, que es lo que el dueño de la finca pretende. La elección de fincas es a demanda de los dueños de la explotación agrícola, que son los que llaman amargados comunicando al jefe de batida la invasión gorrina.