Buenos días, por fin esta temporada estoy pasando por una buena racha cinegética. Si el pasado día 5 de julio colgué un post sobre la caza con flecha de mi primer navajero. Hoy puedo contar que el otro macho más grande que entraba al comedero también fue cazado anoche y ya se encuentra a buen recaudo en el congelador.
Os relato brevemente el aguardo. Como de costumbre me coloqué en el puesto sobre las 20:30 horas, con tiempo de sobra para preparar todos los archeles sabiendo que hasta pasadas las 22 horas la cámara no mostraba que entrase ningún animal. Tras preparar todo y disfrutar de la puesta de sol, estuve bien tranquilo hasta que sobre las 22:30 escuché acercarse algo al comedero. Enseguida supe que era un jabalí solitario ya que andaba un poco y se paraba a hacer escucha, no apreciándose más sonidos de otros animales durante las pausas. Tras una aproximación sigilosa y varias vueltas al comedero dió la cara y se puso a comer. Pude observarlo con el monocular digital nocturno resultando ser un primalón de año y medio o poco más. Le dejé comer y disfruté de sus evoluciones y comportamiento y de paso se aprende a comprender sus reacciones. A los 15 minutos de estar comiendo pegó una espantada y se metió en el monte emitiendo unos bufidos muy fuertes. Pensé que me había cogido el aire, pero era imposible ya que me venía de cara y escucharme tampoco era lo que había sucedido porque mientras tengo un animal delante permanezco petrificado, respiro y parpadeo porque es inevitable, sino tampoco lo hacía.
Al momento comprendí lo que había sucedido, otro animal se acercaba al comedero. Cuando los pasos estaban cerca, el primal se fue como alma que lleva el diablo y me dije que otro guarro más grande le había echado y podía ser el que buscaba. Pues para mi sorpresa lo que echó al primal y entró a comer era una corza con su corcino, a los que estuve disfrutando mientras comían durante otros 10 ó 15 minutos, hasta que se marcharón por donde habían venido.
Tras una media hora sin escuchar nada, de repente volví a escuchar sonido de animales bajando hacia el comedero, pero por la algarabía que traían enseguida supe que era alguna piara. Efectivamente tras unas pocas precauciones (más bien pocas), empezaron a salir rayones por todas partes (sin sus madres) y empezaron a comer. A los pocos minutos dieron la cara dos guarras medianas y otra más grande que también se pusieron a comer, aunque la grande paraba a menudo para hacer escucha y coger viento. En total pude contar 14 rayones aunque con lo que se movían es posible que hubiese más. Los tuve allí comiendo un buen rato y la verdad, aunque no se les puede tirar, estos grupos son la alegría de la noche con sus gruñidos, carreras y "peleas".
Pero en un momento dado la guarra grande levantó la cabeza y emitió un sonido de aviso y todo el grupo se metió en el monte. Se escuchaban moverse unos para un lado y otros para el otro. De repente una carrera de persecución y unos gruñidos graves y chillidos. Toda la piara se marchó a toda prisa del lugar y se hizo el silencio. Pasaron varios minutos y nada, hasta que de repente escuché romperse alguna rama seca y un leve soplido, comprendiendo que allí había un guarro. Se movía de un lado al otro sin apenas hacer ruido, es más algunas veces lo escuchaba en un sitio y al rato lo sentía en el extremo opuesto sin haberme percatado del desplazamiento. Tras muchas precauciones empezó a salir al comedero, aunque hasta que se sintió tranquilo dió dos o tres arreones hacia el monte. Finalmente y tras relajarse se puso a comer tranquilo y despacio, haciendo múltiples paradas para hacer escucha, pero pude observarlo con el monocular y ahí estaba el macho tras el que iba. Solo lo había visto en la cámara y en las fotos parecía con algo más de boca y menos cuerpo, pero visto "in situ", la boca me parecía decente, pero de cuerpo era bastante grande.
Fotografía hecha con el monocular digital.
Lleno de nervios y emociones esperé hasta que se puso en posición y solté la flecha, escuché el sonido impactando contra el animal y vi caer la flecha con el culatín iluminado al otro lado, mientras el jabalí arrancaba hacia el monte. Había esperado pacientemente a que se colocase en la posición adecuada, le había apuntado bien, así que el resultado debía ser satisfactorio. En cuanto se metió en el monte se paró, andaba unos metros y se paraba pero hacía muy poco ruido, como si no le hubiese pasado nada, es increible y a la vez agradable saber que no se sienten agredidos. De repente un tropel de jaras, supe que había rodado, al momento otra vez el mismo ruido, intenta levantarse y no puede, finalmente el silencio total. Esperé un buen rato sin escuchar nada, recogí tranquilamente y me dispuse a mirar en el lugar del disparo, allí estaba la flecha llena de sangre bien roja, también se apreciaba un buen rastro de sangre (benditas slick trick), lo seguí un poco con todas las precauciones y a poco más de 10 metros tendido sobre unas jaras el animal.
Aquí teneis una foto del animal, al costado desde el que se hizo la foto es el de la salida aunque se puede apreciar el corte de las 4 horas de la punta de caza. El tiro atravesó los dos pulmones y seccionó las arterias de salida del corazón y el desangrado fue completo.
Esta va a ser mi primera tablilla con un trofeo cazado con flecha. Tengo trofeos mucho más grandes cazados con rifle, pero ninguno podrá presumir de las emociones y sensaciones que genera la caza con flecha a tan corta distancia, así que será mi favorita en los recuerdos del lance.
Por cierto tras sacar el animal para llevármelo, también cambié la tarjeta de la cámara y para mi sorpresa a unas horas más tardías entra otro macho aún mayor que el que he cazado, así que espero con un poco de suerte poder compartirlo con vosotros durante los aguardos estivales.
Espero que os haya gustado el relato.
Un saludo.