Anda que no te quedan esperas, amigo Adolfo!!! Y yo que lo vea!!!
Aún me acuerdo de vuestra visita a Cáceres para la reunión de Aexa y como viniste algo serio porque llegabais un poco tarde y os esperábamos para comer. Pero a media tarde, en la sobremesa, te acabaste descojonando con mis chorradas y tonterías. Pues eso, que nos quedan muchas noches de aguardo y muchos ratos de risas porque el cazador no es tal cazador, si no sabe ponerle al mal tiempo, buena cara...
Y usted, don Adolfo, es un gran cazador y una bella persona. Un fortísimo abrazo de su amigo que lo es, Eduardo Jiménez.