Son tiempos difíciles.Una crisis sanitaria y económica como nunca hubiésemos pensado que podríamos sufrir en estos tiempos,acompañada de todo tipo de restricciones de más que dudosa utilidad,marcan nuestras vidas últimamente.Por todo éllo,cuando se dan las condiciones idóneas conviene aprovecharlas y escapar de todo ello,en la medida de lo posible,para practicar nuestros queridos aguardos, porque independientemente del resultado de los mismos,nuestra salud mental agradecerá esas pocas horas de comunión con la Naturaleza y la relajación frente a los graves problemas por los que pasamos en estos momentos.
Así que,con esta premisa y después de días y días interminables de fuertes vientos de poniente en la zona donde resido,aproveché el pasado viernes que el viento disminuía en intensidad y cambiaba de dirección, para ponerme de espera en un puesto de reciente creación.
A pesar de ser un puesto nuevo de este año,son bastantes las esperas que llevo ya en el mismo y algunas ocasiones en las que he estado a punto de soltar flecha a algún jabalí.
En la plaza entran todo tipo de jabalíes.Desde un macho de buen porte hasta una piara con primalones y un par de hembras,además de otro macho más joven y de menor porte del ya mencionado.
Es una zona de acceso muy cómodo,pero tiene sus inconvenientes.Entre ellos los frecuentes ruidos por la cercanía de una planta de reciclaje de residuos,el ir y venir de los coches por las cercanas carreteras o las molestias del paso de los trenes por las cercanas vías.Pero por encima de todo,el inconveniente principal que destaca por encima de todos los demás,es la única posible ubicación del puesto,nada favorable con viento del oeste,que son los que prevalecen por estas fechas.
Por tanto,decidií aprovechar las condiciones climatológicas favorables para ponerme de espera aunque con pocas esperanzas.El absurdo “toque de queda” decretado en la Comunidad Valenciana,nos obliga a permanecer en nuestro domicilio obligatoriamente,a partir de las 22 horas.Justo cuando es más probable que aparezcan los jabalíes o se muevan por la zona,tienes que abandonar la zona con tiempo suficiente,para llegar a casa antes de la hora establecida como límite.De este modo,es muy fácil arruinar un puesto y echar a perder el trabajo de meses en solo unas horas,pero no queda más remedio que arriesgarse y rezar para que el jabalí haga su aparición temprana y con tiempo suficiente para llegar a casa ,antes de convertirnos en calabaza cual modernos Cenicientos.
Teniendo muy en cuenta todas estas circunstancias,me dispuse al aguardo y a las 18 horas ya estaba sentado con el arco listo, a escasos diez metros de donde esperaba que apareciese el jabalí.
En cuanto hubo oscurecido,apareció un bonito zorro que merodea con frecuencia por la zona y que siguió con su careo nocturno en busca de alimento,sin percatarse de mi presencia.
Siempre he interpretado la visión de otras especies animales diferentes al jabalí el día de la espera,como un buen presagio y en muchas ocasiones,se ha cumplido esta circunstancia culminando el aguardo con el abate de algún jabalí.
Pero conforme avanzaban las horas y viendo que no había más presencia animal visible por la zona,mis esperanzas se ívan desvaneciendo a medida que se aproximaba la hora para levantar el aguardo obligatóriamente.
Estaba pensando en ir recogiendo los archiperres antes de que se me hiciese tarde,cuando vi aparecer el oscuro bulto por el sitio esperado.No pude evitar el sorprenderme de su presencia,pero al mismo tiempo,me alegré de ver que se cumplían mis expectativas.
Me repuse rápidamente de la sorpresiva aparición del jabalí,pero no pude evitar la desazón ante la premura de la hora.Eran las nueve y cuarto de la noche y aunque el cazadero está próximo a mi casa,no podía dilatar por mucho tiempo la culminación del lance.
El animal venía solo y muy desconfiado y por si esto fuera poco,el viento había empezado un rato ántes,a soplar con rachas cortas pero fuertes,que cambiaban de dirección.Así que temiendo que el viento delatara mi presencia en cualquier momento y que el reloj avanzaba inexorablemente,abrí el arco y me dispuse a soltar mi flecha.
La posición del guarro no era la mas idónea,pero estaba convencido de que no iba a mejorar y me vi obligado a arriesgar.En otras circunstancias,hubiese esperado a que el guarro se pusiese en una posición más favorable o le hubiese dejado ir,como ya había hecho un par de ocasiones un tiempo atrás,para volver a intentarlo otro día.
Pero no había vuelta atrás.Ni podía esperar a que el guarro se fuese,ni podía levantarme y abandonar el lugar sin que me viera y arruinase el puesto y el trabajo de meses.
El guarro estaba de frente a mi aunque algo ladeado hacia la izquierda.Apunté entre la parte frontal de la paleta y el pecho y solté la flecha.
Oí el impacto de la flecha sobre el animal que se desplomó como un trapo sobre su sombra dando un fuerte gruñido.Quedó revolcándose en el suelo con la flecha ,con el culatín luminoso encendido,indicando su posición.
Viendo que le había alcanzado la columna,debido a la cercanía con toda seguridad y con la certeza de que no se iba a ir,comencé a recoger todos los bártulos confiando en que se produjera el óbito en breves momentos esperando también, haber alcanzado algún órgano vital.
Desgraciadamente no fue así y el jabalí consiguió arrastrarse hasta adentrarse en el herbazal por el que había hecho su entrada.Afortunadamente,el culatín luminoso me indicaba su situación y solté una segunda flecha de remate con la esperanza de finalizar lo mas rápido posible con la agonía del Jabalí.
Pero ahora si que estaba ya al límite de la hora para llegar a casa y no pude esperar más.Marché para casa deseando que el desdichado animal alcanzase pronto su final para volver a pisteárlo con Sam,mi téckel,a primera hora del día siguiente.
Huelga decir que no pegué ojo en toda la noche,sobre todo ante el temor de que el jabalí consiguiese reponerse lo suficiente como para adentrarse en los espesos zarzales de la zona.
Después de una noche que me pareció eterna,llegaron las claras del dia y partí para encontrarme con un amigo y compañero de este foro,que me iba a acompañar en el pistéo.
En cuanto pusimos a Sam en en lugar del disparo,comenzó a seguir el rastro rápidamente.Había sangre en el lugar donde su revolcó el jabalí y donde le solté la segunda flecha para el remate.Avanzamos un poco más y Sam comenzó a ir más rápido y nervioso,hasta el punto que perdió el rastro y hubo que retroceder hasta la última sangre localizada.Pero no fue un problema pues continuó y enseguida dimos con el guarro que para nuestra sorpresa,todavía seguía con vida y había llegado hasta la entrada a un espeso zarzal pero sin fuerzas para adentrarse en él.Un certero disparo de escopeta puso punto final al lance.
Tal como suponía,el jabalí abatido era el macho más joven que visitaba la zona puesto que el grande que era mi objetivo en un principio,fué víctima del lazo de un furtivo en un campo muy cercano,como probaba un vídeo que me pasaron del hecho unos días atrás.Me sorprendió el peso y el tamaño del joven jabalí,que resultó ser mayor de lo que aparentaba en un principio.
Como curiosidad,podéis observar por las fotos,dónde quedó alojada la punta de la flecha y lo que son capaces de hacer en los huesos unas cuchillas lanzadas por un arco.