El tercer año… este año tengo decir que prácticamente todo el mérito del comedero se lo debo a mi hermano, que aunque no le gusta la caza, solo el silvestrismo, fue el quien puso en el comedero en el mismo sitio de siempre, colocó la cámara y lleno el bidón un par de veces.
Para la temporada de este año había decido comprar un bidón más grande, ya que el otro tenía que ir cada dos semanas a llenarlo y este aguantará mas de un mes, también otra cosa para añadir este año fue mi regalo de reyes, una cámara de foto trampeo Spromise para que me enviará las fotos al móvil, pues como conté tengo el comedero a unos 150 km de casa, y al precio que está el gasoil, tenía que reducir gastos y mas viendo lo sucedidos los años anteriores.
Yo quería ponerlo mas tarde, pero mi hermano se empeño en colocarlo a primeros de marzo, y como paso el año anterior, no pasaron más de tres días cuando las primeras manadas hacían acto de presencia en el comedero.
El problema vino este año con la cámara nueva, no sabemos porque, pero solo hacía fotos durante un día o como mucho dos, y no volvía a enviar fotos hasta que iba mi hermano y la reseteaba. Era un problema porque si tenía que volver a poner mi cámara e ir a ver las fotos con el ordenador, para nada servía mi regalo de reyes que tan contento me hizo en su momento. Pues así fue, cuando iba la reseteaba y veía lo que entraba, y vi que entraba un macho con las hembras un domingo, por lo que decidí ir el viernes a probar suerte.
Allí estaba en la primera espera del año, sin saber que vendría, aunque por la pocas fotos que vi venía temprano, recuerdo que hacía frío y sobre las 20:30 igual que un elefante en una cacharrería, entro una cochina con sus cuatro bermejos, parecía aspiradoras, que manera de comer maíz y de pelearse entre ellos, estuve unos 20 minutos viéndolos y grabándolos con el monocular, hasta que se lo comieron todo y decidieron seguir la noche por otro sitio, llego el silencio de la noche y allí no volvió nada, por lo que decidí recoger y volver a casa, ya la verdad que era lo que estaba acostumbrado a grabar mi documental nocturno.
Pero llego el gran día, hacía 15 días que me había presentado en el foro, y mi hermano el jueves reseteo la cámara, y por la noche me llegaron una fotos de la cochina con dos bermejos y un macareno que iba con ellos, la hora de llegar era las 21:24 aparecía la primera foto del macareno en el comedero con el resto, estaban allí unos 15 minutos todos comiendo y el luego volvía a solo a las 23:07, por lo que decidí que al día siguiente tenía que ir a probar suerte, ya había alguno que no me dejo dormir la noche del jueves.
Viernes por la mañana, fui al trabajo, aunque reconozco que no podía pensar en otra cosa, que no fuera ver a mi jabalí dándome una oportunidad, estaba nervio, muy nervioso y no suelo ponerme así pero tenía un presentimiento. Cuando salí de trabajar comí algo y salí para el comedero, llegué allí me cambié de ropa, prepare los todos los trastos, que un compañero mío dice que parece que me voy de mudanza con tantos cacharros, jejejejeje… y allí estaba yo solo, sentado en mi silla dos horas antes de la llegada de mi esperado y viendo que era muy de día todavía, porque la otra vez que fui no había cambiado todavía la hora. Cuando miré el reloj y vi que no caía el maíz, también recordé que tenía que cambiarlo de hora el dispensador, ya que estaba con la hora vieja, pero no me vino mal, porque a las nueve dispenso el maíz. Sentado en mi silla escuchando los arroyos de corres, las mirlas, la paloma que llega pero hoy no come porque hay alguien aquí no suele estar, y lo que más me llamo la atención que estaba tan concentrado que oí un ruido, era un animal andando pero no lo localizaba y estaba muy cerca, cuando pude verlo era un sapo que iba andando muy gracioso haciendo sus pausas, y le estuve grabando un rato mientras esperaba. Se empezó hacer de noche, el presentimiento crecía a la vez que los nervios, pero en algunos momentos me desanimaba porque esos presentimientos los tengo el 95% de las veces y nunca acababan bien. Llego la hora, la 21:20, lo vi en mi reloj, no escucha ningún ruido, tengo que reconocer que aquí los animales parecen que tienen reloj, siempre son puntuales, el silencio cada vez era mayor y yo cada vez más nervioso porque esperaba de un momento a otros a la manada de cochinas con su ruido, su peleas y su alboroto y cruzar los dedos que el macareno viniera entre ellos, pero no, no pasaba nada, el tiempo se me hacía eterno y no venía, no se le escuchaba de lejos, recuerdo mirar el reloj cada 5 minutos y pensar que había pasado una hora y a las 21:45 pensé en todo lo malo, que había entrado por mis rastros y me habían descubierto, que podría haberme descubierto si vinieron con algo de luz, no se todo el nerviosismo y el presentimiento se me fueron conforme pasaban los minutos, y de repente “crack”, digo no puede ser, me parece que han comido un grano de maíz, pero es que no se escuchaba nada, y al momento otra vez “crack”, ya no sabía si era en el comedero o era mi imaginación y las ganas, me puse muy nervioso y el corazón se me salía literalmente por la boca, porque si de una cosa estaba seguro, es que la manada de la cochina con los bermejos no eran. Espero otro poco para volver a escuchar con mas seguridad que era comer el maíz el ruido que escuchaba ya que era grano a grano, cuando no pude aguantar mas, muy despacito cogí el monocular, encendí el IR y allí estaba el solo en la mitad del comedero, ya si que no era capaz de controlar los nervios, mire hacía los lados por si había algún jabalí mas o era el que había venido solo, y así era, estaba el solo en la mitad del comedero comiendo muy despacio y sino hubiera comido no lo hubiera escuchado, así que solté el monocular, cogí el rifle, me apoye y recuerdo apuntarle a la cabeza, pero no se que le pasaba a la cruz que no dejaba de moverse, al igual que yo, así que quise asegurar y le apunte al codillo, en ese momento me vino un relato que leí aquí en el foro, y era un padre que le día a su hijo, aguanta la respiración y acaricia suavemente el gatillo, y así lo hice porque había llegado el momento después de tres años de acariciar y esperar el resultado final, cuando “boomm..”, con el retroceso del rifle no sabía que había pasado, pero escuche como rodaba el jabalí ya que el comedero estaba de testero bastante inclinado, corriendo cogí el monocular, porque quería asegurarme y vi como su cuerpo dejaba de moverse, y estaba allí esperándome.
En ese momento sentí tantas cosas, alegría, nervios, pena, no se, un cúmulo de sentimientos que no sabría como describirlos. Deje que pasará un tiempo y me acerque para verlo, en ese momento sentía una alegría inmensa, lo había conseguido, por fin conseguí cazar un animal viejo, curtido en mil batallas, lo que había soñado tantas veces y allí estaba a mis pies. Llame a mi hermano como loco, ya estaba, lo había conseguido, en gran parte gracias a el, le abrace y fuimos a por el, y hacernos unas fotos, porque aunque nunca se me olvidará quiero poner una foto de los dos tabla ya que a ver nuestro guarro.
El que la sigue la consigue…. (ese era el otro título que pensaba haberle puesto a mi relato).
Aquí os dejo una foto.