Hace tiempo que no escribía nada, también hacia algún tiempo que no cogía el arco, pero cuando lo coges de nuevo hay que ver como tan pronto te vuelve a enganchar.
Llevaba desde el verano sin ponerme en este puesto, el puesto estaba pues podéis imaginaros, tirando su ración desde hacia dos meses y sin nadie que lo molestara, vamos estupendo. Unas veces por pereza y otras por obligaciones me resistía a ponerme aun sabiendo que era un caramelo para un aquero novel como yo.
La semana pasada a medio día en un poco de tiempo me acerque a revisar el puesto, efectivamente se veía que era visitado por varios animales y una buena huella llamo mi atención. Animado por esta decidí que al día siguiente me pondría.
Así lo hice al acabar de trabajar me fui directo hacia el puesto una hora antes de que anocheciera, me acomode en el treestand que había colocado en otro árbol de donde lo tengo habitualmente porque tiraba desde demasiada altura, así que decidí hacer una prueba. La comida esta exactamente a 16m.
La noche fue cayendo y a los diez minutos de anochecer oí ya muy cerca de la comida el primer chasquido. Quede inmóvil y enseguida apareció en la plaza lo que podría ser el animal del que vi la huella, era grande e iba solo, muy precavido y casi levitando entro en la plaza mientras yo lo miraba de reojo sin descolgar el arco.
Llego a la comida en unos interminables minutos y se puso a comer. Espere inmóvil a que se calmara pues lo veía muy alerta. Así como esperaba que algún coche pasara por una carretera cercana para poder descolgar el arco. Sin darme opción arranco de espantada y se coloco de nuevo fuera de la plaza y comenzó a buscarme, se colocó debajo de mí y lo podía ver entre la reja del treestand, pero no logro sacarme. Dio dos o tres vueltas más y comenzó de nuevo el acercamiento a la comida. Mientras daba vueltas y aprovechando que había pasado un coche cerca el arco lo tenía ya apoyado en mi rodilla con el loop enganchado.
El animal salió a la plaza de nuevo, conseguí abrir el arco y le coloque el pin en la silueta, cuando cruzaba por delante de mí se paró, como no lo veía claro le di un leve toque de luz para asegurar el tiro y entonces fue cuando nos despedimos definitivamente, el jabalí salió de la plaza despedido y me gane una buena bronca. Bufidos y gruñidos amenazantes desde el monte me advertían que tardaríamos en volver a vernos.
Desilusionado con el lance, pero con la pierna aun temblando espere nuevos acontecimientos, no tardaron en pasar apenas media hora y ya pude oír como venían nuevos visitantes. Esta vez no se trataba de lo mismo, el ruido y la rapidez que llevaban me confirmo lo que al momento pude ver, 4 jabalíes del año entraron en la plaza sin mirar nada, directos a devorar la comida, los miraba mientras descolgaba de nuevo el arco, como no paraban de moverse decidí abrir y alumbrar.
Tal y como pensé me no levantaron ni la cabeza así que escogí el de la izquierda que era el que mejor posicionado estaba, apunte con esmero y solté….ploff la carrera recta y rápida hacia dentro del pinar me dio buenas sensaciones, pero para mi asombro con el lumelock encendido en la plaza sus hermanos no levantaron ni la cabeza. Jamás me había pasado algo así, así que coloqué otra flecha y volví abrir de nuevo los animales se retiraron un par de metros y pude elegir otro, así que solté de nuevo y la flecha empezó a correr clavada en el segundo jabalí, que rápidamente la perdió al entrar en la maleza, la sensación también era buena.
Quede inmóvil, mientras los dos restantes daban vueltas desconcertados pues se habían prácticamente criado en el comedero, volvieron a la comida, pero considere que ya era suficiente y con unos toques de luz les sirvió para irse. Quede inmóvil escuchando y intentando asimilar todo lo acontecido. Creí oír morir al primero, pero ambos animales habían salido por la misma dirección. Espere 20 minutos y baje sigilosamente recogí las los flechas ambas empapadas con muy buena sangre ambas con burbujas y me fui a casa. Como al día siguiente por trabajo no podía buscarlos decidí esperar dos horas e ir a por ellos.
Cargué a mi fiel compañera Pumba y nos fuimos a por ellos, atraillé la perra y como era de esperar se volvió loca al principio los rastros de todo lo que allí había habido nos costó un poco centrarnos, cuando ya vi que llevaba un rastro bueno la deje hacer, lo seguía muy rápido confirmando que íbamos bien por la poca sangre que iba viendo, el primer rastro no me gustaba, el animal iba directo hacia arriba dejando bastante sangre en algunos trozos. Llegamos a media ladera y la perra rompió a la derecha faldeando y ya llevábamos demasiado recorrido cuando pude llegar directamente a una vereda que baja al rio, de noche no pude continuar debido a lo empinado y que el animal se había metido en los zarzales y cañares del rio. Posiblemente si hubiese ido al día siguiente lo hubiese encontrado a escasos metros donde se había acostado la primera vez.
Volví de nuevo al cebadero a ver si conseguía descifrar el segundo rastro, así que con la perra mucho mas calmada la metí de nuevo en el rastro y a repetir la misma salida, salimos por el mismo sitio y a 30 metros la perra giro a la izquierda, la seguí sin ver sangre y a los 20 metros un romero me confirmo que íbamos en el rastro del segundo, continuamos 20 metros más y mientas me agachaba al pasar unas ramas oí la perra ladrar al el otro lado de la trailla, que alegría! Rápidamente ya lo mordía con desespero. Asi que con un sabor agridulce me fui a casa a desollar tan buen animal. Al día siguiente por mi horario fue imposible ir a recuperar el segundo animal. Asi que poco a poco el arco va enseñándome más y más.
Tema: El uno y medio (Leído 3340 veces)