Allá por el mes de enero descubrí una baña natural en un pinar. El pinar está en una ladera bastante pronunciada y en él hay una vieja pista que hizo el casero en su día para ir a una campa cercana con el tractor pero que hace años no se usa. está tomada por las zarzas y sólo hay una vereda que usan los corzos, jabalíes y alguna vez los dos burros del casero que están en la campa al borde del pinar. La baña está orientada al norte y no le da el sol en todo el invierno, y al no ser una zona de tránsito ya que no es una ladera de monte que tenga salida a ningún sitio de interés, no anda nadie por allí y los animales campan tranquilos.
Cuando descubrí la baña era principios de mes de enero y estaba recién tomada y se veían unas pisadas interesantes. Puse una cámara de fototrampeo y aparecieron tres machos distintos. El mayor de unos 90-100kg con unas bonitas defensas sobresaliendo de los morros, otro de unos 75kg sin apenas boca y un tercero de unos 65kg, todos machos. El grande sólo apareció dos días, después no se le volvió a ver, mientras que los otros dos parecían casi a diario. Pasaba por allí casi a diario pues me queda muy cerca de casa y les dejaba unos puñados de maíz y alguna nuez que a diario me deboraban por completo, especialmente el de 65kg que iba nada más anochecer.
La sorpresa vino hace casi un mes, a principios de marzo, cuando uno de los dos (el de 75kg) apareció con un lazo de alambre al cuello. Paso por la cámara de retirada y se veía perfectamente el alambre partido colgando del lado derecho y no hacía más que intentar rascarse para quitarse el maldito alambre. Me dio mucha rabia y decidí intentar abatirlo. Durante una semana expulsó al más pequeño (se le ve salir corriendo en una de las grabaciones al llegar el del alambre) y se apropió del bañadero marcando con las patas delanteras y comiendo el maíz.
Entraba relativamente pronto por lo que me decidí a esperarle. Cogí el arco y me situé contra un pino en la parte baja del camino, ya que según se veía en los videos solía entrar por la misma vereda del camino. El viento era del sur e iba ladera abajo perpendicular al camino por lo que lo tenía bien, sólo me podría coger si me entraba por debajo. Me puse a las 18.00 una hora antes de anochecer, ya que solía entrar sobre las 20.30. A las 20,45 escuché un leve sonido en la parte baja del pinar, donde va otra vereda pasarela a la que estaba yo esperando. Miré con el monocular y lo vi perfectamente, era el del cable que venía dando un gran rodero y como no podía ser de otra forma me cogió el aire. Bufó y salió a trote protestando. Primer intento fallido.
Los próximos días el del alambre desapareció del bañadero y empezó de nuevo a acudir el de 65kg "el pequeño". Entraba a diario sin falta y se pasaba una hora entre bañarse y buscar todos los granos. Cada día le echaba comida y cada día a eso de las 20.00 entraba y arrasaba con todo. A las dos semanas volvió a aparecer el del cable, pero ahora ya cambió de horario, entraba entre las 00.30 y las 03.00, pero para cuando acudía no quedaba ni un grano ya que "el pequeño" no dejaba piedra sin voltear. Como ya me estaba hartando de dar de comer a ese jabalí que no hacía más que engordar a mi costa y no dejaba comida para el del cable me decidí a esperarle y abatirlo para dejar así hueco a ver si volvía el del cable. Parecía una tarea sencilla, todos los días entraba a eso de las 20.00, aun cuando le echaba comida a las 18.30 después de trabajar y como tenía un compromiso de carne con unos amigos mataba dos pájaros de un tiro.
Así pues, un jueves al salir del trabajo cogí el arco y los trastos y fui derecho al bañadero. Me puse de nuevo en la parte baja del camino, a 16m de la baña, para las 18.00 estaba sentado esperando en silencio. Esperé hasta las 21.00 y no vi ni oí nada, y me marché, aunque fuera temprano ya que había quedado con la mujer para cenar. Al día siguiente estaba todo comido y vi que el jabalí entró a las 21.20. Maldije mi suerte y me dispuse a volver a esperar el este pasado jueves, una semana después ya que el fin de semana tenía compromisos. durante el resto de días siguió entrando el jabalí sobre las 19.50-20.00 todos los días sin fallar. El siguiente jueves repetí la jugada con resultado idéntico, no apareció nada y me marché a las 21.30. Al día siguiente comprobé que había pasado y que entró a las 21.45, justo tras marcharme. ¡No me lo podía creer! Siendo un animal joven y que entraba confiado todos los días, ¿cómo me podía hacer tal jugarreta?
La conclusión fue clara: ese jabalí se encamaba muy cerca y me oía cada vez que iba a darle de comer o a esperar y cuando me marchaba. Así pues, este sábado cambié la estrategia, le puse maíz por la mañana y por la tarde en vez de ir por la vereda a colocarme fui por una senda por dentro del pinar, por la parte de abajo hacia arriba muy despacio sin meter ruido hasta llegar al puesto bajo la pista. Llegué a las 18.30 y me quedé inmóvil sin hacer ni gota de ruido. Estaba justo por debajo de la pista de manera que si me levantaba podía verla pista y apuntar con el arco, pero si me agachaba quedaba por debajo de ella. A las 19.45 oí un pequeño ruido encina de la pista, a unos 20m encima mío y vi como el jabalí salía del zarzal que estaba encima del bañadero. ¡Por eso me detectaba siempre! Se encamaba justo encima de la comida y me oía cada vez que iba o me marchaba, salvo ese día.
Le dejé bajar a la pista y bañarse tranquilamente mientras yo estaba agachado escuchando con el arco en la mano sin poder levantarme por miedo a que me detectara. Lo oí partir una nuez y así supe que estaba a unos 16m por lo que abrí el arco y me incorporé lentamente asomando la cabeza a la altura de la pista. Aún no estaba totalmente oscuro por lo que se veía sin necesidad de encender la linterna, y entonces lo vi como se venía hacia donde yo estaba buscando comida. Le apunté esperando que se girara, pero entonces se percató de algo raro se giró mirándome fijamente. Solamente nos separaban 8 metros. Apunté al pecho y solté la fecha. Oí el impacto en el hueso y lo vi correr por la vereda adelante con el lumenok rojo sobresaliendo por la mejilla. A unos 40m se paró unos segundos y volvió a arrancar cayendo unos metros más adelante. La flecha le entró debajo del ojo derecho y lo atravesó hasta la boca del estómago.
Lo dejé media hora por si acaso y fui a buscarlo. Efectivamente allí estaba a unos 70m del tiro. Lo dejé allí y volví a la mañana siguiente con un amigo a sacar la carne. Un lance intenso y emocionante, no por el trofeo, que es una machete de unos 2 años bien hermoso y unos 65kg (a los que yo he aportado bastante
), sino por haber sabido ganarle la partida y tenerlo tan cerca. Además, el disparó quedo grabado en la cámara de fototrampeo, por lo que fue la guinda del pastel.
Arco: PSE Bowmadness Epix
Potencia: 70 libras
Flechas: Easton Axis Under Armour 6mm
Punta: Slick Trick Vipertrick
Peso total: 475grn
Tema: El glotón de fino oído (Leído 5319 veces)