Conozco una finca de D. Fulano de Tal en la que tienen una cerca grande, bien alambrada y con unas especies de manga. El sistema es sencillo, abren gateras, los aprietan bien de comer y cuando entran y se acostumbran a comer cierran las gateras y sólo tienen que, al otro día, empujarlos a la manga y soltarlos en su cercón, del que ya sólo saldrán para ir a la carnicería. Para solventar el problema de que se quejen los vecinos (que son gente humilde y de pocos recursos), sólo tienen que invitar a las monterías a las personas adecuadas ya que los sueldos de los funcionarios de a pie no dan para ir a ciertos acontecimientos si no se pagan así, gracias a Dios no son todos, pero haberlos hay los.