EL PRIMERO CON ARCO
Desde poco despues de comenzar la temporada a principio de Abril,en uno de los cebaderos estaba entrando una familia de jabalíes formada por una hembra con sus cuatro crias.Desde el primer momento,tanto yo como mi compañero Jose,habíamos tomado la decisión de disfrutar de la presencia de la familia sin dispararles,ya que primero solian entrar a mi cebadero para seguidamente dirigirse al de Jose,donde daban también buena cuenta,de la racion de almendras y maíz que les dejábamos.
Entraban pronto,nada mas desencamarse muy cerca de mi puesto,y normalmente acudían primeramente a mi cebadero,para después dirijirse al de mi compañero,ofreciéndonos asi la oportunidad a ambos,de disfrutar viéndoles crecer semana a semana.
La zona donde se encuentran ambos cebaderos,deja de ser productiva con la llegada de la media veda,ya que son muchos los cazadores que en esas fechas,aprovechan el buen paso de tórtolas y torcaces para satisfacer sus ansias cinegéticas,por lo que los jabalíes desaparecen de la zona.En las ultimas semanas,habían aparecido rastros de algún ejemplar adulto y de buen tamaño al que habíamos decidido tirar si se presentaba la ocasión.Pero el tiempo apremiaba y el bicho no hizo aparición en ninguna de las esperas que le hicimos.Asi que,o tratábamos de sacar redito a estos cebaderos o ya podíamos olvidarnos de ellos.
No me hacia ninguna gracia abatir con el rifle ninguno de los jóvenes ejemplares que acudían al cebadero y por supuesto,ni pensar en abatir a la madre que les guía.Pero al final y visto que los jóvenes ya se habían convertido en bermejos,siguiendo los consejos de quienes me han guiado en mi iniciación como arquero,decidi intentar abatir algún ejemplar con el arco para ir adquiriendo experiencia e ir aprendiendo de los posibles errores que pudiese cometer en este difícil arte de la caza con arco.
Asi pues,el pasado martes,me aposte con el arco con la intención de probar suerte.Pero la fortuna quiso que fuese mi compañero quien recibiese la visita de los comensales,dejándome a mi,”compuesto y sin novia”.
El viernes decidimos volver a los mismos puestos y yo,volvi a pertrecharme con mi arco,a la espera de tener mayor fortuna que la anterior ocasión.
Apenas oscurecio,serian las diez menos cuarto,cuando oi la llegada de la familia.Por mi izquierda se aproximaban sin demasiadas precauciones los bermejos,pero esta vez,la madre tomo mayores precauciones,haciendo su entrada por mi espalda,donde se quedo expectante después de dar un sonoro ronquido,a modo de aviso de precaucion para su familia.
Los cuatro bermejos llegaron al cebadero,pero alertados por la madre,pasaron por su lado sin detenerse y saltaron un margen para desaparecer entre naranjos.
Ya pensaba que se iban a marchar hacia el cebadero de mi compañero,cuando de repente volvieron al cebadero.Formando una compacta pelota,daban buena cuenta del maíz mientras yo les observaba con los prismáticos.Tenia claro que asi era imposible soltar una flecha,porque además de una distancia considerable para mi arco de venticuatro metros,disparar asi seria hacerlo sin ninguna precisión y con un alto riesgo de herir a varios ejemplares y no poder cobrar ninguno.
Pacientemente,espere a que alguno de los bermejos se separase del grupo y me ofreciera un buen blanco.Y por fin llego el momento,pero el problema era la distancia y la logica falta de luz de la noche.Teniendo en cuenta,que tengo el laser del arco puesto para tirar a dieciocho metros,otra dificultad añadida era tener que calcular a ojo,la altura extra a la que tendría que poner el punto del laser para acertar en la zona vital de un blanco tan reducido.
Finalmente abri el arco y coloque el punto rojo sobre el lomo del animal.La flecha volo hasta que oi el sonido característico de la flecha impactando sobre la carne.Hubo una espantada del resto de ejemplares,que duro lo que tarde en poner una nueva flecha en el reposaflechas de mi arco.
Inmediatamente se pusieron nuevamente a comer,mientras yo con los prismáticos,comprova ba que ahora eran solo tres los comensales.Uno de ellos se separo del grupo y decidi probar suerte de nuevo,pues la incertidumbre tras la anterior suelta,me hacia dudar si había tenido éxito.
La escena se repitió con el mismo sonido de la flecha,tras haber apuntado del mismo modo que anteriormente,sin encender la linterna en ningún momento.
En su huida,los animales se dirigieron directamente hacia mi,haciendo una parada a unos ocho metros de mi puesto,donde uno de ellos dio un fuerte ronquido que alerto al resto,emprendiendo rápidamente la huida.
Permaneci un rato sin moverme hasta que decidi acercarme al cebadero.No había allí ninguna de las dos flechas que había soltado,pero si unas buenas salpicaduras de sangre que precedían a un abundante rastro de sangre.Volvi a sentarme en el puesto a la espera de que el tiempo dejase actuar a la herida,ya que además era prontísimo y mi compañero,quizás tuviese oportunidad de tirar al otro ejemplar grande que nos había dejado su pista días atrás.Espere lo que considere suficiente para que mi compañero tuviese oportunidad y para que las flechas hicieran su trabajo y me diriji hacia el puesto de mi compañero para contarle lo sucedido y proceder al pisteo.
Contrariamente a lo que se pudiese esperar,el resto de la familia también llego hasta su puesto,pero según mi compañero,su comportamiento no era el habitual,mostrándose anormalmente desconfiados y asustadizos,lo que le hizo pensar que yo les había tirado.
Volvimos los dos hasta mi cebadero y procedimos a seguir el claro rastro que alguno de los animales había dejado.La sangre eras muy roja,brillante y abundante,lo cual nos llevo sin perdida de tiempo hasta un punto donde el rastro desaparecia.Mi compañero Jose,se adelanto tratando de adivinar la trayectoria que el animal podría haber seguido,pero yo como ya me ha pasado en varias ocasiones,opte por retroceder un poco sobre el rastro y no tarde en encontrar una bifurcación del rastro de sangre,que se internaba en la falda de un naranjo donde una mancha de sangre en el tronco,indicaba que el animal se había restregado allí mismo para desprenderse de la flecha, que allí estaba totalmente ensangrentada.De este lugar salía otro rastro clarísimo de sangre que me llevo rápidamente a encontrar el cuerpo inerte del bermejo con un flechazo en el cuello.
¿Pero que había pasado con el otro bermejo al que tire?.Por mas que buscamos,no encontramos ningún otro rastro que indicase que hubiese acertado.Pero lo mas increíble es que la otra flecha tampoco aparecia,siendo imposible que se hubiese perdido ya que los disparos habían sido hacia un talud de tierra que hacia de parapeto.Decidi volver al dia siguiente con intención de seguir con la búsqueda,que finalmente fue infructuosa,llegando a la conclusión de que el otro bermejo,debio de llevarse la flecha enganchada,sin interesarle a ninguna zona importante y habiéndose deshecho de ella antes de llegar al cebadero de mi compañero,donde acudió con el resto de hermanos y la madre.
He estado dudando tanto en escribir este relato,de mi primer jabalí cazado con arco,como dude en tomar la decisión de disparar sobre un bermejo.Sinceramente,hubiese preferido estrenarme con un ejemplar de mayor entidad y quienes me han acompañado y guiado en mi aprendizaje como arquero,bien lo saben,pero al final decidi seguir sus consejos y este ha sido el resultado.En su momento,prometi dedicar mi primera captura con arco, a mis maestros en este arte y ahora es el momento,asi que,mi mas sincero agradecimiento por el empeño que habéis puesto,para que yo haya conseguido mi objetivo.Ojala el próximo ejemplar sea un buen macareno,que será tan vuestro como mio,por los esfuerzos que habéis hecho por convertirme en un cazador arquero.Muchisimas gracias Adol,Sombra y todos aquellos que habéis contribuido de algún modo para que consiguiera mi objetivo.