La noche iba cayendo lentamente. Soplaba una ligera brisa del noroeste que me refrescaba el lado izquierdo de mi cara, tan imperceptible que cuando fui a echar mano de mi vaper para ver a la dirección, me di cuenta de que me lo había dejado en el coche, pues nada, mejor así, tres horitas sin echar vapor nicotinizado.
¡Se estaba en la gloria!, Le mandé un selfie a Fozzie, que el pobre mio estaba en Javea intentando disfrutar de la playa...
¡Perdona amigo!
Por lo menos usastes los manguitos
¡Pa cruzar la calle!
total que mientras Fozzie intentaba no ahogarse en Javea y Jondalar ganando puntos en la sección de señoras de un gran almacen, yo me disponía a pasar una de las noches más divertidas de aguardo que recuerdo.
No serían las 9:45 cuando veo aparecer un guarrete, de unos 60kg del monte. Lo observo largamente, como va saliendo cuidadosamente del monte, hacia la zona de los almendrillos. Como tenía orden de tirar todo lo que se meneara, pensé que era una buena opción de hacer gestión, así que 270 a la cara y.... cochino al suelo. Hizo un par de ademanes de levantarse y se quedó tumbado y quieto. Pensé que estaba muerto.
Como era muy temprano, fui informando al de Javea y al de los puntos: Señores Black cochino derribado. Cuervo sigue en posición por si aparecen más Charlies. Las respuestas del puesto de mando fueron de lo más alentadoras: ¡que mamón, así no se puede, que bien viven algunos, por favor echadlo del grupo..... y demás palabras de ánimo por el estilo
.
Al cabo de 10min, me aparecen por el lado izquierdo de la franja de monte que estaba cubriendo tres cochinas con un montón de rayones. Como es normal contravine las normas de la casa y las dejé pasar.... (así me aseguro los aguardos otra luna
). 5 minutos depues, me salen dos machetes, uno de ellos me dio la sensación de que era PIO, pero salieron trotones y se fueron directamente para los almendros, perdiéndolos de vista rápidamente.
De vez en cuando miraba hacia el abatido y veía al pobre intentado levantar la cabeza y parpadeaba a la luz del IR
15 minutos después salieron otros dos, no sabía si machos o hembras, pero no llevaban crias y uno era bastante grande.
A esta altura, el cielo estaba completamente raso y había un Lunón que iluminaba el campo color mercurio.
Decidí salir en busca de estos cochinos, pero el que había tirado primero, continuaba vivo y no quería dejarlo así, sufriendo. Normalmente le hubiera repetido, pero solo me quedaba una bala así que hice lo que había que hacer. Nunca había rematado un jabalí a cuchillo hasta ahora, pues me dá algo de impresión hundirlo en la carne. Me acerqué con el rifle con cuidado, vi que no representaba un peligro y el cuchillo bowie de Buhogris hizo su trabajo rápidamente y con eficacia pero si puedo evitarlo, no lo haré más, ¡que lástima de animal!.
Pasado el mal trago, voví al puesto, recogí todos los chismes y me dispuse a hacer los 2km de vuelta despacito y mirando por todos sitios.
Cuando pasé el primer viso logré divisar al cochino blanco pero muy lejos y además iba trotón y alejándose, por lo que desistí de ir a por él.
La vuelta era gloriosa, temperatura perfecta, visibilidad a más de 1km, la luna sobre mí....¿que más quiero?.
Estaba llegando ya a la ultima loma, desde la cual ya divisaría el coche, cuando el puñetero instinto me hace tilín y en vez de seguir el camino, dejo la silla y la mochila en el suelo y me voy hacia mi derecha, a una zona que había quedado oculta por la orografía del terreno. Eran 500m más, pero ya puestos que mas daba y además, como decía mi maestro ¡¡chiquillooo ¿que bulla hay?'!!.
Fue salirme del camino y las pellas de barro de mis botas se multiplicaron por 10. ¡Parecía el Yeti andando!, entre el mono, el gorro, las pellas y sus Mulas Toas, pero al coronar...¡Bingo! allí estaban el grande y el mediano que salieron a última hora. Estarían como a 500m.
Decidí hacerles una entrada, pues tenía el viento perfecto, pero las encinas que podían ocultarme estaban bastante separadas unas de otras. Recorrí muy despacio los primeros 150m hasta la primera encina. De repente, el grande cambió su careo y se vino hacia mí. Se paró a medio pecho de la lomita de enfrente a unos 150m y vi que volvía a andar. No sabía si era macho o hembra (aunque la verdad me parecía hembra). Me aseguré de que no iban rayones o crias con ell@. Me apontoqué contra la encina y apareció en el centro de mi Khales.
El 270 habló de nuevo y el animal rodó espectacularmente ladera abajo.
Volví sobre mis pasos que no cabía en mí, ¡que noche más cojonuda!. Guardé el rifle,no hacía falta descargarlo, saqué a mi perrilla del coche y con mi linterna y mi cuchillo fuimos a verlo. Era una hermosa cochina machorra, que no estaba criando ese año de unos 95-100kg.
Como José me había dicho que quería la carne, le mandé un whatsapp con la ubicación de los animales y me vine para mi casa más feliz que una perdiz.
A la mañana siguiente, cuando me levanté tenía una foto de José con los dos cochinos enganchados a la bola de remorque del Land Rover, haciendo surfing por los carriles de la finca. listos para ser aviados nada más llegar al cortijo.
y esta es la historia del DOBLETE DEL VIERNES SANTO