Por fin el pasado jueves pude soltar la primera flecha del año. En un puesto al paso improvisado pues tenía el comedero atascado, disfruté de una noche estupenda. Primero escuché una gorrina con rayones pequeñitos pasar muy cerca pero tapados, debían ser bien chicos porque iban emitiendo ese gruñidito continuo que hacen en sus primeros días de vida. Luego aún de día, ví dos jabalíes cruzar una loma a unos 70 metros de mí. Y ya de noche otra gorrina seguida de seis u siete rayoncetes del tamaño de una liebre me pasaron a unos 15 metros sin percatarse. Este grupo lo cerraban dos primalones de mayor tamaño, y aunque estaban cerca al dar la luz el reflejo de la misma en las esparteras me hacía imposible distinguirlos. Al final se dejaron caer a un barranco y en un claro entre dos pinos vi pasar a la madre con las crías. Tensé y cuando pasó uno de los primales le lancé la flecha, pero estaba más lejos de lo que pensaba y le quedó corta.
Para ser un puesto improvisado al azar disfruté como un enano, y ví en una noche más animales que en todas las demás jornadas de la temporada juntas, aunque ninguno como los que ando buscando en los puestos.
Lástima que cazar al paso por aquí sea tan difícil, porque sentir los animales moverse tan tranquilos es una gozada.
Seguiremos intentándolo, saludos.