Hay!, Este fin de semana....
Llevábamos bastante tiempo sin subir a la cuerda, así qué le dije a mi amigo Miranda, niño vamos hoy a coger la parte de arriba, a ver si con un poco de suerte echamos los bandos de perdices que hay por allí en las solanas.
Cargué mis tres jack terrier, dejando los podencos en casa, y nos dirigimos a la sierra, tras saborear un pequeño almuerzo. Una vez allí, después de llevar unas decenas de metros andados, descubrimos unas hozadas correspondientes a un solitario, que por el tamaño de las mismas, nos hacían sospechar al guarro que pertenecían. Además las huellas existentes en una de esas profundas hozaduras, lo demostraban. Estando comentando, una vez reunidos ante una de ellas, que eran recientes, oímos como los perros levantaron al macareno encamado muy próximo a nosotros. Oímos la ladra distanciándose por la ladera del monte en el que estábamos, hasta que se hizo inaudible el ladrido de los perros después de un largo rato. Pasó el tiempo, y por más llamadas que les realicé, no conseguí dar con ellos; tuve que realizar algún disparo incluso, siendo inútil la localización de los mismos. Pasaron dos horas hasta que acudió el primero, Seguimos cazando, Miranda mató una perdiz, y tras el disparo acudió la segunda perra. Ya cerca del mediodía, ciertamente preocupados por el destino de la última perra, la mejor y la mas valiente, nos dirigimos al coche......allí estaba la veterana, realizando saltos de alegría. Fue al coger a Milka, como así se llama, cuando descubrí como todo su abdomen estaba rajado, dejando su peritoneo a la vista. Dos navajazos le había asestado el solitario cuando al parecer esta le había echo frente, y que no cabe duda que alguna vez en uno de sus ataques o mordidas tuvo que alcanzarle para herirle de esa manera.
La cogí en los brazos y lo mas rápidamente posible la trasladé a casa, donde mi compañero y yo la cosimos detenidamente y minuciosamente, para que no le quedasen secuelas del ataque.
Lástima que no hubiéramos podido ver al cochino para dispararle y haberle dado así, a mis perros, la recompensa que se merecían.
En fín que cada fin de semana tenemos alguna anécdota que contar.....