Casi en el mismo instante en que él escribía el mensaje anterior, le mandaba a Pips por whatsapp el mensaje de que había tirado al guarro.
Será un guarro de relato, por que le ví a las nueve, absolutamente de día, mientras un amigo me comunicaba la muerte de una amiga a la que el cancer finalmente la ha vencido (un beso María q.e.p.d.).
Mientras hablaba, de día aún, cargué el rifle, le vi y decidi que cumpliera. Se metió al río y antes de hacerlo fue cuando vi que era cojo... decidí que había que sacarlo, pobre animalito.
A las 2230 dio la cara de nuevo al amizal y le salió caro.
La odisea de volver a casa, coger a Arco, el perro, y a los Fozzies para irnos a que mordiera, resultando un pisteo de 100 metros y un guarrete con muñon y casi tres centimetros de boca.... nos ha dejado a todos un buen regustillo de boca.
Por que el animal debia sufrir, por que resultó un machete de poco cuerpo por la herida pero boquita, por el lance en dos tiempos, mejor dicho tres, por el tiro certero y por ver a mi perrete hacer su primer rastro real... fácil pero real.