No hacia mucho que venia cazando solo, y como desde un principio me decidi en emprender una la caceria en el mes de julio. Llame al encargado del campo en Bernasconi, La Pampa, para avisarle que iva a ir para alla,: Veni cuando quieras, no hace falta que avises,. Lo recuerdo bien porque siempre pasaba lo mismo, yo llamaba y Don Carlos me contestaba lo mismo. Cargue todo en el auto, ropa de abrigo, mameluco de abrigo, queso, jamon, yerba, equipo de mate y por supuesto la dotacion infaltable de Mantecol, tres bidones de cinco litros cada uno de agua, la conservadora grande, el sillon director, cuchillo, botiquin de primeros auxilios, una caja de cartuchos con seis unidades, para que mas, y por supuesto el fiel amigo Remington .338, hasta el dia de hoy sigo llevando casi siempre lo mismo, con la unica variante, de que antes usaba cartuchos Hornady de 225 grains, y desde hace un par de años los cambie por cartuchos recargados con puntas de 250 grains con 72 grains de polvora Reloader 19. Todo listo para partir, pero esta vez en vez de salir en la madrugada del jueves sali el miercoles a las 2200 hs. Como a las seis de la mañana llegue a Macachin, (esta a 650 km. de mi pueblo), parada usual, para cargar combustible, tomar un cafe, y a descansar un rato. Aviso a Don Carlos que iva a llegar mas temprano que lo de costumbre, y me dijo que si queria ir al campo que vaya tranquilo, directamente porque habia un par de cazadores de Buenos Aires, pero como sabia que a mi no me gustaba mucho que haya otros cazadores, por seguridad, yo se bien a donde tiro, pero no me gusta que me peguen un tiro por descuido, resumiendo habia hablado con un amigo de el en un campo de la zona de la Reforma, un pequeño pueblo de La Pampa, y que si queria ir no habia ningun problema, es asi como se inicio mi peripecia en dicho campo. Durante unos tres años fui a dicho campo, un hermoso lugar, 36000 has, de campo inospito, con dunas de arenas y montes bajos de chañar, fachinal y algun que otro calden. A veces la llanura se cortaba con algun que otra duna,. Otra vez en julio, la misma historia. Llegaba al campo, tomaba unos mates con Chengo, el viejo encargado y a rastrea huellas, las cuales eran muchas en rededor de las charcas de agua, a veces aparecia alguna que otra huella de puma, pero nunca habia podido matar nada, esta vez me diriji hacia una vertiente que segun el vijo Chengo se encontraba a unos 5 km de la casa, me puse en marcha y me dirigi hacia la misma, no eran 5 eran 8 km. Majestuosa la charca que se formaba por una vertiente natural, busque huellas muy pocas pero estaban casi bresca. Tome la orientacion del viento y busque un lugar para hacer mi cueva de zorro, perfecto me daba todo el terreno a mi dispiocision, pues tomando la orientacion del viento podia hacer la cueva en la cima de una duna. Todo listo, volvi a la casa para ir a buscar el auto y traer todas las cosas, y dejarlas dentro del pozo. Entre las 17 y las 18 has estaba apostado, muy cansado, esa noche fue mas de descanso que de otra cosa y si bajo el jabali a tomar agua no lo vi, y por lo que me pude fijar a la mañan siguiente no la habia hecho, no habia huellas frescas, la segunda noche descansado, no salio nada. La ultima noche como, habran sido la una de la mañana aproximadamente cuando oigo que algo se acercaba, a pasos seguros, levanto mi fusil y trato de ver a traves de la mira, cuando vi semejante animal, me dije carne segura, lleve la cruz hacia su paleta, y dispare, el .338 con puntas Hornady de 225 grains, letales, dejaron al animal en su lugar. Espere unos segundos y me diriji al lugar donde yacia mi jabali, grande fue mi sorpresa cuando vi las defensas que poseia. En el sitio, cape al animal, lo destripe y lo colgue de la rama de un añejo calden que se encontraba cerca del lugar. Tranquilo de que el frio de la noche iva a hacer el buen cuidado de la carne. Hoy la majestuosa cabeza esta en la pared de la armeria de un buen amigo.