De esta caceria ya pasaron unos diez años, de la cual tengo gran recuerdo porque formo parte de mis primeras incurciones como cazador solitario, y en donde estaba empezando a aprender el bello arte de la caceria. El encargado de la Estancia La Barrancosa, esta estancia es donde caza la jabalina en agosto de 2010, me habia llamado para avisarme que en un campo distante unos 15 km. de la Barrancosa, en una zona de medanales, habia un gran padrillo que llevaba en su haber unos 5 o 6 perros, "Ni bien puedas venite", busque la luna, y me fui, pleno julio. Despues de recorrer casi 1000 km me llegue a la estancia donde me esteraba Beto Peñalba, y hijo del encargado, mates de por medio, me conto del lugar y de como iva a ser la caceria, perfecto, el plan era me llevaba hasta las Dunas, asi le llamaban a esa parte que pertenecia a los mismos dueños, tenia que bajar llas cosas para acampar y dentro de tres dias o cuando vos los disponga me voy a busca me dijo Beto. Almorzamos y luego una siesta debajo de un hermoso calden. A las 4 mas o menos partimos hacia las Dunas, llegamos al lugar, dejamos el auto a un costado de la banquina y entre los dos llevamos las cosas hacia la gran charca, la cual se encontraba kilometro y medio desde la ruta monte adentro, Beto me ayudo a acomodar todo y de paso me dio un par de consejos para las bajas temperaturas que tendria que soportar a pesar de que tenia mi enterizo para el frio y mi manta termica, me dijo, gringo esto no es joda, las temperaturas estan llegando a 6 bajo cero o mas, cortate, ramas de olivo y tapate tambien con ellas. Tambien me ayudo hacer la cueva de zorro, en la cima de un medano , desde donde se podia ver toda la inmensa charca. Detras de la duna habia un pequeño, montecito formado por unos diez caldenes, debajo de los cuales arme mi carpa,. Le dije que me viniera a buscar dentro de cuatro días, a mi o a mi cadaver, le dije cuatro porque ese dia estaba perdido, estaba muy cansado a apostarme, dentro de la carpa, bien arropado, pude aguantar el fuerte frio. A la mañana siguiente, bien descansado, y con el resto del día para descansar, acondicione mejor la cueva de zorro poniendo mas ramas de olivo como techo, y haciendo un hueco dentro de la cueva para poner una un calentador y asi poder hacerme cafe. Tenia fiambre, y queso, pany por supuesto Mantecol, para unos cinco días, aparte si cazaba algo para hacer un asado tenia lo suficiente. Ese día tambien lo aproveche para ver bien el lugar, soy millonario me dije en vos alta, tanta tierra para uno solo, mi sonrisa no cabia en mi rostro, a unos 50 metros del mismo lugar habia otra charca pero mas pequeña, y la ventaja que desde mi apostadero improvisado se divisaba, volvi a mi carpa, puse para hacerme café y a comer sandwich, de queso y salame, de postre, Mantecol, luego saque el catre afuera de la carpa y a dormir una buena siesta hasta las 5 mas o menos. Si se me olvida algo es porque no lo anote en mi diario de caza. A las 17.30 hs, me fui hacia el apostadero, antes me tome otro cafe, y me lleve conmigo el calentador y todo lo necesario para la larga noche, antes guarde todo dentro del acarpa y la cerre, por las dudas. No se calcular las temperaturas, pero que hizo frio, casi a niveles insorportables. Entre cafe, cigarrillos, pude llegar hasta las 6 de la mañana, luego me quede dormido. Cosa que despues de pasar varias heladas no lo aconsejo, porque uno se puede dormir para siempre. Me desperte como a las 11.30 dormi como un angelito. La segunda noche, aguante un poco mas, pero esta vez me fui a dormir a la carpa, estaba escarchada, volvi a mi apostadero. Era mejor dormir, en el apostadero. La tercera noche, ya pasadas las 23, mientras fumaba un cigarrillo, lo dejo en un cenicero improvisado en la tierra arenosa del lugar, levanto el fusil para mirar por si habia algo, y estaba parado como para sacarle una foto, sin buscar apoyo ni pensar ni un momento, o tal vez la inesperiencia, bruto dedaso, tiro errado, se fue mi gran padrillo., que pedazo de ( pongan los epitetos que a Uds. les paresca que me pude haber dicho a mi mismo). Pero segui apostado, esa noche, ya era terminada. Cuando me vino a buscar Beto y le conte, no lo podia creer, me comentaba mientras llevabamos todo al auto, que a lel le habia matado dos perros tiene unas navajas de unos 20 cm o mas, es chico de cuerpo, y con los pelos del hocico blanco, la descripcion concordaba. Desde esa vez, no me apuro para el tiro.