Vaya curso de arquero que has impartido, no sé si sin querer o queriendo. Conozco bien el camino a la finca de la que hablas y no me ha costado trabajo alguno meterme en tu piel y representarme mentalmente el lugar de los hechos. Yo tambien, hace algún lustro que otro, intenté mi debut en esto de los arcos. Ni corto ni perezoso me puse en contacto, en Madrid, con un personaje que, por aquellos años, era una especie de adalid en esta disciplina. Sus apellidos eran SINTES PELAZ (no lo olvidaré nunca) y me consiguió, procedente de los EE UU. un poleas marca PROLINE, que aún anda arrunbiado por algún lugar del apartamento (lo de arrumbiado porque yo también vivo en Córdobita la calurosa). Pero yo entonces vivía en mi tierra (en Huesca) y no hubo forma de que le metiera un buen flechazo a un cerro ya que no había mas que un club ("los almogábares") que sólo se dedicaba a tiro de competición, con varios fenómenos en sus filas, sobre todo féminas, pero de cazar nada de nada. Así que.... como me vino la ilusión fue desapareciendo lentamente.... Decirte que tu bello relato me ha hecho recordar aquellos años (que no volverán) con inusitado agrado. Gracias por ello.