Si un cochino que sabes de donde viene y a dónde va, y entre ambos puntos la distancia es considerable..., de kilómetros... , si es verano, que las horas les vienen cortas...; si ese cochino es capaz de atrancarse horas a mitad de camino en un aguardo al comedero....yo no me atrevo a asegurar nada.
Me pregunto cuantas veces hará lo mismo por otros motivos, cuantos sobresaltos tendrá la misma noche y cuantos motivos para variar de ruta, de horas, y de prioridades...
Es bonito hacer cábalas, pero para mi la realidad es que hay que aprovechar los momentos. Entiendo que la paciencia es fundamental con estos cochinos, pues tarde o temprano te darán una oportunidad de cazarlos. A veces son unos días, otras unas horas, pero lo importante es saber entender que puede haber llegado el momento y estar preparado para ello.
He dejado de hacer aguardos por sistema a un cochino bueno. Y de hacer cábalas. Me limito a pistearle, a intentar entenderle y esperar a que se me presente la ocasión. De noche o de madrugada, como lo pida el campo.
Cuando tenía comederos, también dejé de esperar por sistema, aún sabiendo que entraba a diario, pues entendí que sólo cuando bajase la guardia , la balanza estaría más inclinada a mi favor. Siempre el mismo modo de actuar: esperar la ocasión, dar un golpe, y volver a empezar....