Bueno, bueno, bueno. Pues yo sigo poniéndome al día y si genial fue el primer relato que leí, de CAMPOSOLILLO, éste del bueno de EDUARDO no le va a la zaga. Maravilloso también. A mi sobre todo me interesan las descripciones de los estados de ánimo, quizás por cierta deformación profesional y bastante influenciado por las técnicas psicoanalíticas francesas del gran LACAN, que se centra, fundamentalmente, en el análisis de los contenidos verbales del lenguaje. Bueno.... me interesa todo el relato en su conjunto, pero, no lo puedo remediar, me detengo mucho más en esto que menciono. Por poner ejemplos del escrito de Eduardo: "Me vestí de valiente".... Creativa y genial forma de decir que "con mi temperamento habitual... la situación a lo peor me sobrepasaba". "Me entró el tembleque, como siempre...". Perfecta forma de afirmar que "sigo viviendo la caza como cuando era un crío" y, además, en este caso concreto, de forma superlativa. Y, finalmente y a modo de traca final: "El misterio se había disipado Y TAMBIEN EL MIEDO". Grande.. EDUARDO. El miedo, efectivamente, siempre es a lo desconocido, a lo que vendrá, a lo que no tengo perfectamente controlado. Cuando el misterio se convierte en certeza, desaparece el miedo o, al menos, aparece de otra forma que a veces se confunde con el asombro o, más francés, epatamiento. Como lo que me quede por leer tenga este nivelazo, voy a tardar un tiempito largo.... Ya no te digo gracias Eduardo... Me parecería demasiado poco. En otro orden de cosas, sólo he estado en Zamora, capital, una sóla vez. Quiero ir en Semana Santa porque me han comentado que tiene unas procesiones impresionantes. A los lobos, en visión directa, no los he visto nunca, aunque, de niño, recuerdo perfectamente a la pareja de la Guardia Civil regalando "postas prohibidas" a los habitantes de los pueblos del Pirineo cuando había nevadas copiosas.