Bueno, es evidente que la testosterona está rebosando en su cuerpo, debido a la época en la que estamos, y por lo tanto a impregnado sus órganos dando sabor a sus magras carnes. Si eres un poco escrupuloso y no tienes necesidad de aprovechar su carne...lo deberías regalar o eliminar, puesto que tendrás posibilidad de elegir una hembrita o un machito joven con sus carnes tiernas y sabrosas. Yo particularmente estoy rodeado de amigos que no son cazadores y que aprovechan muy gustosamente el obsequio; y que sirva como anécdota que alguno es de Rumanía, con lo que conlleva el que sepan condimentarlos y prepararlos de forma diferente a la nuestra, consiguiendo anular el olor y el sabor tan fuerte que tiene la carne del macareno.