Buen relato buhogris, además demuestras veteranía a pesar de los errores, que por cierto, has sabido corregir, demostrando como al final te has hecho con él. Estoy seguro que a muchos nos han sucedido cosas parecidas. Aprovechando el inciso, te voy a relatar brevemente, lo que me sucedió hace poco más de un mes, debido a un error de novato:
"Me pongo en una siembra de centeno sin cosechar, y que tanto los cervunos como los cochinos, aprovechan a darle las últimas "masças".
decido ir un día de media luna a ponerme en la cara norte del mismo, considerando la dirección del aire. Aprovecho a invitar a un amigo octogenario, el cual disfruta muchísimo cuando me acompaña ya que es un gran aficionado a la caza y que debido a su edad y a su sordera no puede ejercitarla solo.
Aquel día se desarrolló tranquilamente, con buena temperatura y cierta visibilidad en la siembra, debido a lo clara que estaba. A las 11 de la noche, oigo bajar del monte una piara de unos nueve bermellones, acompañados de dos hembras. Pronto mi amigo Fidel me dá en la pierna y con un gesto de alegría, me mira indicándome que él también la había visto. La dejo pasar y aprovecho a recrearme con sus troterias. Por detrás de su posición, a unas decenas de metros aparece un ejemplar no muy grande, pero con una capa de pelo completamente blanca. Os podéis imaginar el subidón que nos vino a Fidel y a mí....."aparecía el macho al que siempre esperamos".
El seguía a la piara, pero llegando cerca de nosotros cambia el rumbo y se sitúa a unos cuarenta metros de distancia, quieto y mirándonos de frente.....
Esa noche me llevé el rifle que por internet había comprado meses atrás. Sujeté bien el rifle el cual tenía ya apoyado en el tripode, y apreté el gatillo. Mi sorpresa fue que saltó el gatillo y no disparó la bala, por lo que, pensando que la bala había fallado, cargué de nuevo, e intenté disparar al cochino, volviéndome a pasar lo mismo que la vez anterior.
Realizando un pequeño examen de lo que había sucedido, saqué pronto la conclusión: "había puesto el pelo y el seguro", por lo que saltó el pelo sin dispararse el arma, ya que el seguro evitó que se dispara. El cochino, oyendo claramente el ruido realizado, salió a la carrera sin poder tirarle. Luego... la sorpresa de mi amigo fue mayúscula, puesto que el no daba crédito a lo que me había pasado.
Herido en mi orgullo, dejé pasar unos quince días y aproveché a ponerme en el lado opuesto, además el aire venía al contrario.
Llegaron las 11 de la noche y de la misma manera apareció la piara, con los mismos miembros de la vez anterior, decidí esperar... y también apareció por el mismo sitio el cochino albino. La piara se dirigió hacia mi posición, situándose a unos escasos metros de mí, tan solo nos separaba una maraña entre ellos y yó. Pasaron unos segundos y el guarro siguiéndola, se situó, al igual que la otra vez, a unos cuarenta metros; se paró me miró de frente y ...ya no le dí opción, quité el seguro y accioné el pelo....esta vez rectificando el fallo anterior, por fin lo maté.
Es por lo que tu relato Buhogris ha hecho recordarme lo que acabo de contarte. Menos mal que pudimos rectificar, debido a que cambiamos la estrategia y pillamos al guarro de sorpresa.
Enhorabuena de nuevo. Saludos.