Todo el verano rastreando las pisadas, intuyendo las querencias, buscando un árbol en un buen paso para construir el treestand. Tras la construcción, moviéndome sobre él para ver que no hago ruido y puedo soltar con seguridad, luego tirando a distintas distancias para ajustar los pines a 2 ó 3 rangos distintos.
Muchas noches en blanco, pero no hace frío todavía y se soporta bien. Solamente una vez ha entrado uno, y no le he podido tirar.
Hoy tengo una corazonada...voy a cambiar de sitio, de los 3 que tengo controlados voy a ir a uno a ras de suelo, no sé, porque me lo dice el corazón.
Me coloco arriba de un margen, a la espera en una encina que había visto muy revuelta. Antes de anochecer, empiezo a oirlo...crack, crack, crack...digo ya está...y por cómo suena no lo tengo ni a 10 metros....me asomo con cuidado y efectivamente, a 5 metros había un rayoncete la mar de majo masticando bellotas...dejo el arco en el suelo, cojo el móvil y me pongo a grabarlo...el jabato a la suya...crack, crack, crack...me pongo a toser adrede a ver qué hace y nada...levanta la cabeza, me mira (o mira a donde yo estoy, no sé si ni siquiera me ve) y sigue comiendo.
¿Cómo matar a un animal así, que ni tiene consciencia del peligro? Lo dejo para el año que viene...o el próximo, si nos vemos.
Otra noche en blanco pero satisfecho de haber hecho lo correcto. Y es que para mí, más importante que disparar es saber cuándo no hacerlo.