Hola Contraire, me ha emocionado tu relato, y mucho más cuando he terminado de leer el post y he conocido la enfermedad de tu Padre. Aunque ahora él no te reconozca, estoy seguro, que en su fuero interno recuerda que su hijo mató su primer cochino con él y con el rifle que le regaló.
Te mando desde Málaga un abrazo muy fuerte y todo el ánimo del mundo para acompañar a tu padre en este duro trance, tanto para él como para vosotros.
Enrique.