El verano pasado la use yo, haciendo jirones una camiseta vieja de esas que te regalan y fui tapando gateras en una alambrada muy sucia de jaras que no me dejaban ver nada hasta llegar a un claro en el que me puse yo en lo alto de una encina, sobre las siete ya con la clara del día sentí como subía por el jaral un cochino que al llegar al trapo, se paro, al verlo, dando la vuelta como yo esperaba y saliendo al claro buscando la otra huida, como buen cazador le cite para otro año pues era un guarrete de no más de cincuenta kilos. Pero me lo pasé muy bien viendo que la estratagema funcionó. Ahora, después subió una guarrona con la tropa y esos al principio se pararon pero luego arrearon con trapo y todo al notar mi presencia.