Bueno, bueno. Pues resulta que de vuelta de vacaciones de verano me encuentro con esta nueva serie de las dichas y desdichas del Mario y la parienta. Si la primera entrega ya fue galáctica, ésta de ahora la supera con creces. No se si todo se deberá a la fertil imaginación de nuestro QUATER o cúanto de real o contado por algún serreño habrá en la historia, pero me parece salido de la España de los cuarenta y de sus hambrunas, que agudizaban el ingenio de las buenas gentes (el dedal, las orejetas de las escopeta, etc.). Además da un toque muy oportuno a ese indeseado abandono rural que tanto daño ha hecho a nuestra geografía y a nuestra historia reciente. Felicidades QUATER. En otro orden de cosas, estoy esperando que algún esperto en informática llegue por la oficina para mandarte a tu correo electrónico fotos del 243 con cañón triangular, obra del bueno de Pedro Vargas Piqueras. Lo que no se si la he perdido por algun sitio. Bienhallado tío.