Espectacular relato FOZZIE. Tu niño, a estas alturas, tendrá ya la afición bien metida en el cuerpo, sin duda alguna. Las fotos de la finca son espectaculares, un coto maravilloso, sí señor, que, maldito sea el fuego y los que lo propagan, comentas ha sido diezmado en su territorio. Pienso que cuando alguien se educa en "saber esperar", se educa en muchas cosas. Aprende a controlar la tensión emocional, a poner el estres en su sitio, a paladear aspectos de la caza distintos al tiro en sí y un ciento de cosas más. Y, para mi al menos, la más importante de todas: "aprender a no tener el dedo fácil". Cuantas reses se nos van por esta cuestión. Cuántas por ver a los animales con la manzana en la boca y en el asador antes de tiempo. Buen relato, buena enseñanza para el neófito y lo mejor para un padre: trasvasar la alegría venatoria a su hijo desde la buena enseñanza.