Relato bien llevado que me ha transportado a aquellos parajes, para mi desconocidos.
Y que decir del primalon??? Enhorabuena, de verdad.
Hace casi treinta y cinco años, cuando empezaba a ir de montería con mi padre, tuvimos durante unos años una finca en Madrid lindera con Avila. En ella, recuerdo como el guarda-casero-vaquero, pues de todo le tocaba hacer en la finca, le relató a mi padre y sus amigos como hacía ya unos años se topó de frente con un guarro blanco que andaba por las faldas del Cerro Chico y al que había visto de refilón un par de veces.
Aquel guarro, al verle, se arrancó por él abriendole en canal las tripas a su montura y, mientras hacia por ella, apenás le dio tiempo de subirse a un árbol donde le tuvo "apostado" más de tres horas.
Ya podeis imaginaros como escuchaban de atentos mis adolescentes oídos dicha aventura... que con los años no he podido olvidar y ahora he recordado gracias a este relato.