Gracias por vuestro mensajes.
Para mi, toda la culpa recae en el taxidermista, no debía haber dejado ningún trofeo de clientes sin vigilancia en el coche mientras hacía un recado.
El problema radica que el taxidermista es amigo mio, le conozco a él y a su familia desde hace muchos años y la relación con estos es muy estrecha, es un Señor, y me llamó llorando. No se lo pedí pero me envió copia de la denuncia que puso en cuanto se percató del robo.
Me ha ofrecido como compensación un nuevo precinto de corzo en una zona muy corcera que no conozco, y aunque me pille más lejos de lo que puedo y me gusta desplazarme para cazar por el poco tiempo del que dispongo, le diré que si, e intentar un nuevo abate, o por lo menos aceptar el precinto y luego ya veré si puedo o no ir, pero de esta forma él se queda más tranquilo y yo también pues aunque jodido se que más no puede hacer.
Un saludo,