Esta temporada estoy teniendo poco tiempo para ir de espera, pero el pasado viernes, después de casi un mes sin subir al monte pude escaparme.
No voy a hacer un relato de la jornada, porque fué la espera más rápida de la historia. A pesar de meter toda la prisa del mundo a mi padre, mi primo y mi tío para subir con tiempo al monte, hasta las nueve y pocos minutos no pude sentarme en mi treestand después de dejarlos a todos en sus respetivos puestos. El comedero hacía pocos minutos que había soltado algo de grano, y mientras terminaba de colocar los trastos en su sitio un pequeño ruido me alertó... no habían pasado ni cinco minutos desde mi llegada y siento un grupo de jabalíes que baja hacia el cebo.
Dejo todo y pillo el arco rápidamente... observó al grupo, entre ellos varios rayoncetes, dos primales del año pasado y la gorrina, de mayor tamaño y mucho más desconfiada.
Los observo durante unos minutos, y veo que no hay más acopañantes. Aquí los animales no abundan y pienso que se trata de la misma gorrina que tuve el año pasado delante mía un buen rato junto con sus dos, entonces bermejos, y ahora primales, y la camada de este año.
Pienso que hacer, y me animo a tirar a uno de los dos primaletes. La luz es total y hace años que no tengo un lance de día a los jabalíes, así que me recreo y coloco el pin en el sobaquillo del gorrino, que está algo cuarteado a mí, a unos 16 metros.
La flecha no lleva culatín luminoso, pero tengo la sensación de que el tiro se me queda algo más bajo de lo previsto. El animal primero se encoje, luego da un salto, y cuando pone las patas en el suelo veo como desprende un enorme chorro de sangre por debajo de su pecho.
Todos corren, y el herido sale andando bastante perjudicado.... lo veo perderse en la maleza tambaleándose.
Durante los siguientes minutos hay algo de desconcierto entre la piara, hasta que la hembra reune a la prole que corretea de un lado a otro y se hace el silencio.
Desde el treestand distingo la flecha y una mancha roja sobre las piedras que la rodean., y no creo que el animal haya andado demasiado.
Continué la espera durante casi tres horas más, donde escuché algún ruido por la zona, sobretodo por donde se perdió el jabalí herido, pero nada claro.
Al bajar y acercarme a la zona de tiro mis sospechas se confirman. A dos metros de la zona de tiro está la flecha empapada en toda su longitud y un enorme reguero rojo.
El rastro es abundante y continuo, y aunque llevo el perrete en el coche dejo el arco en el suelo y lo sigo tranquilamente. La sangría es sorprendente.
A menos de veinte metros llace el animal sin vida. Un joven jabalí de unos 35 kg. La flecha entró por el sobaquillo derecho, pero muy baja. No lo fallé por unos centímetros. Le cortó el corazón y golpeo en la paletilla contraria.
Recogí al resto del equipo, y volví con la perrita. El animal debió pensar que aquello era una broma que le estaba gastando. Cargamos el gorrinete, al que la zorra ya le había quitado el rabo (de ahí los ruidos que oía por esa zona), y nos bajamos para casa.
Equipo: mathews z2 64# 28"
flecha: tubo beman mfx classic cal. 340.
punta: slick trick vipertrick 125
Peso total flecha: 618 grains.
P.D. las fotos las he subido con el programa postimage que comentó ferloni, pues el photobucket no me dejó. Muy fácil y rápido.