Yo llevo tiempo sin hacer aguardos de verdad. Si que he hecho alguno, pero no son de los que me gustan, donde me he buscado el sitio, he buscado las querencias, he cebado, me he emocionado cuando he visto las pisadas que ha marcado, la altura a la que ha señalado el arbol después de pasar por la baña, en fin, lo que todos sabemos. Los aguardos que he hecho este último año es en un coto que no me gusta, en un puesto que no me gusta y sin preparar nada. Pero he sido invitado y por eso he de estar agradecido. Pero sí, me falta algo.
Siempre digo que la espera a mi me sirve para ordenarme a mi mismo, y lo hecho muy en falta, pero por circunstancias de la vida, en estos momentos me es imposible, quizas cuando crezcan un poco más mis hijos y alguno decida venir conmigo. Hay uno que apunta maneras.
También es verdad que por mi tierra, Valencia, es bastante dificil encontrar un sitio que acomode para nuestra afición, como yo la siento al menos, pero seguro que haberlos los hay. Sin ir más lejos, podría hacer esperas iendo andando desde mi casa, puesto que vivo muy cerca de un parque natural, y gorrinos los hay y muy buenos, doy fe de ello, pero por desgracia no dan permisos para esperas en la sociedad de cazadores que me corresponde.
Pero sí, me pasa como a Pip's, cada vez que me adentro en el monte y veo querencias me encuentro buscando el lugar donde pondria el puesto, donde lo esperaria, y esa creo yo que es la esencia, convertirte un poco en jabalí para cazarlo en aguardo, que opino que es la modalidad más bonita para su caza.
Y sí, sin el aguardo me falta algo, posiblemente la simbiosis o sinergía, como algún moderno diria ahora, con el monte. Esa simbiosis, creo yo, que es en la espera, de todas las modalidades de caza que hay, como más plena es, y si eres amante del monte, del medio natural y de la caza, esa simbiosis es total y absolumente necesaria.