Qué buen relato, Argoflauta!
Precioso cochino. De todas formas lo más bonito y lo que más sabor le da al relato, es la amistad que se puede ver en cada línea que escribes.
Si, al final, la foto hubiera sido de un jovenzuelo, o de un navajero medianete, te diría lo mismo que te he dicho pero, es que, encima... vaya cochinaco!
¡Enhorabuena!