Como te han dicho antes los compañeros, si pagáis lo mismo todos los integrantes de la cuadrilla, tenéis el mismo derecho a tomar decisiones. Lo que hay que hacer es crear unos estatutos para el coto consensuados por el grupo. Lo que no se puede hacer es que todos paguen igual y después entre uno o dos se atribuyan el poder de tomar decisiones por los demás, porque normalmente siempre va a ser en su interes personal. No conozco la situación que tenéis en vuestro coto, pero si es como lo explicas, no debéis consetirlo.
Una partida de cazadores debe basarse en la confianza mutua, porque sino os fiáis unos de otros al final la cosa suele terminar mal. Si ellos no se fían de lo que hacéis los de Madrid, con la misma razón vosotros podéis recelar de lo que hacen ellos viviendo en la comarca del coto.
En mi caso personal, pertenecía en una partida de 6 cazadores, en un coto muy bonito para hacer esperas y dar una montería muy buena de cochinos. De los 6 componentes no todos nos conocíamos directamente, sino que unos eran amigos de unos socios y otros de los otros. Todo fue bien los dos primeros años, hasta que vi que dos de los socios empezaban a intentar dirigir el cotarro e imponer a los demás sus normas. Yo soy poco de discutir y mucho de cargarme de razones para después tomar las decisiones. Estube un par de meses controlando los movimientos de los dos socios del grupo que querían imponer su criterio y recabando información. Como suponía, ese interés por imponer sus ideas tenía un transfondo personal y egoista. Teníamos cada uno unos días asignados para ir a cazar o a cebar y se creó un grupo de whatsapp para decir quienes iban al coto a cazar o no podían. Muchos días no iba nadie, pero me informé a través de un vecino de otra finca que veía ir a estos dos pájaros, los días que ningún otro socio iba al coto. Les hice un par de seguimientos y descubrí que cuando no ibamos ninguno de los socios al coto, llevaban a compromisos suyos a hacer esperas al coto en comederos que tenían ocultos a la vista y a nuestro conocimiento. Además me enteré de que la orgánica a la que traspasábamos la montería y que nos daba parte del dinero de la carne, había dado mucho más dinero del que estos "compañeros" nos habían dicho, repartiéndose el sobrante entre los dos.
Solicité una reunión, les puse la cara colorada y tras ver el percal decidí salirme del coto ya que por la caza no voy a llegar a las manos con nadie, para mi es una actividad de ocio y no voy a permitir que me quite la salud. Conmigo se salieron otros 3 socios del coto. Estos dos pájaros buscaron a otros 4 socios para seguir con su "control" de la finca. Hace no mucho tiempo ví a uno de los nuevos socios y me empezó a soltar pestes de los 2 fichajes que os he comentado. Al parecer ya se habían ido 2 de los socios nuevos (entre ellos el que me lo contó) y habían estado a punto de llegar a las manos.
La caza es una actividad preciosa, pero por desgracia la historia se jode cuando entran la avaricia, el ansia sobre los demás, la mentira y el egoismo, caracteres por desgracia muy comunes en nuestro gremio. Nada me apetecería más que tener un poco más de dinero para poder arrendar un coto para mi solito, porque ya se sabe que "buey solo, bien se lame".
Es mi experiencia personal, que no tiene porque ser la tuya, pero abre bien los ojos y espero haberte sido de utilidad.
Un saludo.