Muchas gracias Enrique, tu opinión es importante para mí. Es verdad que es una obra peculiar, es verdad que la he escrito en poco tiempo, poco más de seis meses pero, creo que "engaña", porque aunque parezca sencilla y escueta, no lo es, es todo lo que llevo dentro, todo lo que soy. No ha sido fácil encontrar un equilibrio para que el relato sea armónico en el tiempo, para que no pierda intensidad ni se pierda en ella, para darle una perspectiva global que le de sentido pleno a la obra cuando acabas de leerla, porque al fin y al cabo, el argumento es lineal, por narrar la vida de un animal desde su nacencia hasta su declive; no es fácil hacer un texto para que lo pueda leer un cazador y un no cazador sin quedar decepcionados, incluso para que lo pueda leer tanto una persona joven como una persona mayor, no es fácil tratar de plasmar en un dibujo la esencia de cada relato, sobre todo, si no eres un buen dibujante y yo no lo soy, solo me defiendo. No hay que perder de vista, aunque no sea algo novedoso, que el narrador es un animal, que el relato contiene buena parte de la biología del corzo oculta entre vivencia y vivencia y que sus reflexiones y valores escondidos, no son otra cosa que la expresión de mi forma de amar al campo y por ende la vida, todo ello, tratando de templar el vocabulario técnico y el emocional. Yo, a pesar de todo, y siendo perfectamente consciente de mis limitaciones y de las limitaciones de la obra, me siento orgulloso. Este libro, al ser el segundo, lo he escrito más tranquilo, aunque lo haya hecho deprisa. Tengo más proyectos y no quiero perder el tiempo, porque el tiempo es finito y nunca se sabe como de finito. Lo que verdaderamente me satisface es llegar a las personas; cada vez que alguien me dice que le ha gustado, supone una satisfacción enorme para mí, un gran bienestar. Ver a cualquier compañero satisfecho e ilusionada con lo que uno escribe, no tiene precio. Muchas gracias por tu buena crítica.
Un abrazo.