Resulta que un familiar me dice que en la zona de la vega del pueblo, donde él tiene una huerta, pues que hay un zorro que ve por las mañanas.
Un día al volver del monte pasé por la zona y hablando con él, llegué a la conclusión de que el zorro venía desde la zona baja de la vega y lo hacía atravesando un rastrojo, di una vuelta por la zona y decidí venir a hacerle una espera en una pequeña higuera que estaba en la linde entre dos fincas. A las mañanas no era factible ya que hay mucho movimiento de agricultores.
El día escogido me presento en la zona y lo primero que observo es que hace mucho viendo del SE, no lo había tenido en cuenta el día que fui a ver el sitio y después de sentarme en la higuera, decidí cambiarme ya que si venía por donde le esperaba no llegaría ya que le daría todo el viento. Reculé hasta la linde superior de la parcela. Me ofrecía buena visión de la zona y pensé que tratándose de un zorro virgen, que nunca había oído el chillo, vendría sin duda hasta el engaño. Me senté, tomé medidas y decidí poner el visor a 25 mts.
Oscurecía y no aparecía. Comencé con el chillo y lo vi de lejos, muy lejos por donde lo esperaba. Hasta el momento todo iba bien. Me callé y lo dejé. Avanzaba despacio hacia donde estaba y seguía observándolo. Cuando había recorrido la mitad del camino desde donde lo había divisado empecé de nuevo a llamar, pero sorprendentemente no lo veía decidido, si que me escuchaba ya que vi que miraba hacia el engaño, pero estaba claro que él estaba a lo suyo.
Estaba oscuro y para valorar la distancia me hacía falta encender la linterna. Me cruzó por delante de derechas a izdas y pensando que estaba más cerca abrí y encendí, Ufff, estaba mucho más lejos de lo que esperaba, calculo que a unos 40 mts por lo que apagué y cerré de nuevo. Me quedé callado y quieto, pero él ya sabía que algo nuevo había en su terreno. Seguí observándole y sorprendentemente pasó justo por donde yo había pensado esperarle, en el culo de la higuera, pasó a la otra finca y lo perdí. Pensé que me iba a hacer la envolvente y aparecería sigilosamente por mi izda y cambié de posición no quitando la vista de donde podía asomarse, pero no lo vi, aunque por su comportamiento posterior pienso que lo tuve cerca y o me olió, o me vio él a mi y yo a él no.
Al rato lo volví a localizar el la parte baja de la parcela, junto a la higuera por la que había desaparecido y retrocedía por sus pasos. Percibí que se iba y a la desesperaba llamé pero ni caso. Volví a abrir y encender, esta vez estaba algo más cerca que la primera o me lo pareció a mi, apunté pero no paraba, me costó mucho hacerle parar y cuando lo hizo solté. Vi la flecha claramente pasar por debajo de él. Apagué y volví a colocar otra flecha(tenéis que intentarlo de noche y sin luz, intentad colocar una flecha en el arco colocar el disparador todo a oscuras y lo más sigiloso posible), una vez preparado lo localicé sentado pero inquieto, enseguida arrancó al trote sin dudarlo hacia la defensa de la vegetación del río y lo perdí. Una cero para el zorro de la vega.
Recuperé la flecha y a casa cabizbajo.
A los días volví.
Antes tengo que decir que un par de noches había estado entrenando, cargando y descargando el arco totalmente a oscuras y tirando con la linterna y la situación no tiene nada que ver con el día. Lo hice de pie y sentado, variando las distancias desde 18 hasta 35 mts, y no tiene nada que ver el tirar de día a tirar de noche y menos a esas distancias, surgen otras variantes que no conocía, pero finalmente conseguí hacer agrupaciones decentes.
No hacía viento y me senté junto a la higuera que había escogido. Pensando en que si conseguía tirar lo haría de lejos, puse el arco a algo más de 30 mts, que para un tiro de noche a un zorro no es nada sencillo, al menos para mi. Cuando llegó su hora apareció como la vez anterior. Lo vi de lejos, pero no le llamé, quería ver su comportamiento y una vez más me sorprendió, venía de cara aproximándose, pero sorprendentemente se fue escorando y de forma llamativa se acercó mucho hasta el lugar en el que había estado sentado la otra tarde, como si quisiera comprobar que no había nada extraño. Curioso, el rastrojo estaba alto y su caminar no era cómodo pero se metió encima. Una vez que digo yo, comprobó que no había nada, pareció que se tranquilizó y volvió a su tarea. A cazurrear por el rastrojo y poco a poco se me acercaba. Venía hacia mi pero creo que los nervios, la tensión el ansia y el desconocimiento, me hizo abrir antes de lo que debía y me paso algo parecido a la vez anterior, cuando abrí y encendí la luz, resulta que estaba más lejos de lo que esperaba, apunté y solté y otra vez la flecha entre las patas y el zorro a criar.
Ya íbamos dos a cero.
Pasaron los días y volví a intentarlo.
Esta vez escogí un sitio totalmente distinto, me puse en una curva del margen del río, sospechaba que de aparecer, las dos posturas anteriores ya estarían "quemadas" y no se acercaría. Desde mi posición no lo vería venir, le daba un poco la espalda, pero en caso de hacerlo era posible que me pasara cerca o si no era así, en una vuelta podría acercárseme.
Dicho y hecho. Llego la oscuridad y él no aparecía. Ya muy oscuro lo vi en la otra parcela, no sé como habría llegado a ella, había cruzado el río por otra zona, y se dirigía andando por la linde de las dos por la parte de detrás de la higuera del segundo día hasta el lugar en el que estuve esperándole el primer día, lo hacía de mata en mata, no iba cazando, más bien se trataba de una comprobación de que todo estaba en orden y no había "moros en la costa", es que no dejan de sorprenderme, es parte de su encanto, alucino con estos animales y me encanta verlos tan salvajes listos, precavidos e inteligentes.
Una vez que terminó con sus comprobaciones se marchó a una tercera parcela y pasó justo al lado de donde yo había dejado el vehículo, lo veía de forma intermitente. Pensé en dar por terminada la espera pero me fastidiaba ir de cara a él, no quería que me descubriera, cuando de repente volví a verlo muy cerca, justo detrás de la higuera del segundo día. Me aceleré, la situación cambiaba podría venir hacia mi, retomé la posición, la concentración la tensión corporal y no me equivoqué, cruzo la linde como un duende y ya estaba en mi rastrojo andando hacia mi despacio pero derecho. El arco lo tenía por encima de 30 mts y no quería cometer los errores de las veces anteriores, aguantaría lo máximo antes de soltar.
Lo veía perfectamente, con el hocico en el suelo andando muy despacio, hasta llegué a pensar que me había cogido mi rastro ya que venía justo por donde lo había hecho yo para llegar al puesto. Pensé que estaba a tiro y abrí cogí referencias y encendí la linterna, Joder está lejos pero viene de cara, apagué la linterna pero no cerré el arco, pasaron los segundos y sin desencarar volví a encender y aún me pareció lejos, volví a apagar, enseguida encendí de nuevo y ya estaba dentro del tiro pero la posición no me gustaba me venía totalmente de cara y no parecía que fuera a girarse. Lo tenía bien cogido pero la posición no era buena, le chisté, se frenó, levantó la cabeza sorprendido y se giró un poco hacia su derecha y solté.
Madre mía que gritos y que saltos!! Veía la luz del culatín dar vueltas y decidí rematar. Coloqué otra flecha y al abrir lo vi encogido mirando hacia mi, apunté y el disparo se me fue por encima. Que horror, veía el el rastrojo los dos culatines. Encendí el frontal y busqué otra flecha del carcaj, la coloqué y abrí de nuevo y sorpresa...
No estaba el zorro, lo busqué con la linterna y no estaba, estaban los dos culatines el primero más bajo que el segundo, pero el animal no estaba. Qué había pasado? No entendía nada. Cerré el arco y volví a localizarlo sentado en la linde de las dos parcelas. Estaba lejos como para intentarlo así que me levanté y fui hacia él, pasé junto a las dos flechas encendidas pero no hice ni caso, no quitaba la vista del animal. Al llegar cerca resulta que la maleza no me dejaba hacer tiro y mientras cambiaba de posición comenzó a andar despacio por la parcela labrada en dirección contraria. Yo llevaba una flecha en el arco y sin correr y sin perderlo de vista le iba acortando terreno, no quería dejarlo llegar al final de la parcela ya que había mucha vegetación y si entraba seguro que no lo cobraba. Cuando consideré que lo tenía a tiro abrí y encendí la linterna pero estaba muy lejos, cerré y apagué y continué acercándome. Más tarde volví a abrir y aunque me parecía lejos tenía que intentarlo ya que estaba peligrosamente cerca de la vegetación. Apunté solté y se quedó baja. Y yo desarmado.
Recuperé la flecha y el animal consiguió introducirse en una zona de cardos donde se tumbó. Lo veía claramente pero no tenía buen tiro por lo que decidí dejarlo tranquilo y marcharme a casa, cenaría y volvería.
Recogí los trastos y me marche. Al recoger las dos flechas del lance, me di cuenta de que la primera la había cortado con la dentadura mientras recargaba la tercera, de ahí que viera la luz de los dos culatines y no al animal.
Después de cenar, cerca de las 24h,, volví al lugar pensando que estaría muerto. Allí estaba, pero cuando comencé a meterme en los cardos levantó la cabeza. Me di la vuelta y me marché a casa pensando en venir a la mañana antes de ir al campo.
Me levanté temprano y volví al lugar pero desgraciadamente ya no estaba, me metí a saco en la zona de cardos, encontré tres manchones de sangre pero no al animal. Volví a la tarde y tampoco hubo suerte, no encontré más rastro, habían caído unas gotas de lluvia que no facilitaban la búsqueda.
Lástima y pena no haber podido cobrar ese animal.