Donde yo cazo, si pones un pie por donde tiene que pasar un guarro, cuando corta el rastro sale como alma que lleva el diablo. El verano pasado se me metió una guarra con rayones justo por donde entré al puesto, como a tres metros cortaron rastro los rayones y no se pararon ni a decir adiós. Creo que esos ya me conocen para este año.