La noche es peligrosa para los arruís.
Aumentan la vigilancia para localizar en Lorca a los cazadores furtivos que disparan a los muflones del Atlas; los dos últimos cayeron el sábado.
También en Sierra Espuña se han establecido controles sorpresa para acabar con la caza ilegal.
Unos corredores que hacían deporte el sábado pasado por la rambla del Cambrón (Lorca), entre el Cejo de los Enamorados y el Consejero, se dieron de bruces con una estampa que no se esperaban: dos animales que en un primer momento no supieron identificar yacían descabezados en el borde del cauce. Aunque la fotografía, que tomaron ellos mismos, no deja lugar a dudas: se trata de dos arruís jóvenes, uno con el trofeo casi arrancado. Después de documentar el hallazgo lo denunciaron en el Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona).
No se trata de un hecho aislado, sino una fechoría más de uno o varios cazadores furtivos que son buscados desde hace meses por los agentes medioambientales de la Comunidad Autónoma, según informan a ‘La Verdad’ fuentes cercanas a la investigación. ‘Escopeteros’ que circulan de noche por zonas de monte público y cotos privados y que normalmente disparan desde el coche a los muflones del Atlas amparados en la oscuridad. Si están seguros de que no hay nadie cerca, se llevan la cabeza o incluso el animal entero; si sospechan que alguien puede haber escuchado el disparo, dejan transcurrir un tiempo y después regresan a por el trofeo, señalan las mismas fuentes.
Los episodios de furtivismo han aumentando en Lorca en los últimos meses; si en el mes de octubre fueron sorprendidos e identificados cuatro cazadores en un coto de la Federación de Caza de la Región en la Sierra de Tercia, al que habían accedido sin permiso y donde hicieron tres disparos contra un rebaño de arruis, en noviembre fueron encontrados los cuerpos de dos arruís en ese mismo lugar.
Los furtivos que merodean por Lorca tiran a casi todo lo que se mueve, a tenor de la baja calidad cinegética de los ejemplares abatidos, e incluso demuestran poca destreza a la hora de cortar los trofeos, señalan fuentes de la investigación.
La brigada de caza de la Comunidad Autónoma y los agentes medioambientales destinados en el área de Lorca han aumentado los servicios de vigilancia, incluso con controles sorpresa, para acabar con la caza ilegal, aunque los responsables de este operativo admiten la dificultad de sorprender a los furtivos con las manos en la masa. Pocos medios humanos, un extenso ámbito geográfico y la sospecha de que los ‘escopeteros’ conocen las rutinas de los agentes medioambientales:«Será como buscar una aguja en un pajar», advierten. También en Sierra Espuña, ‘zona cero’ del arruí en la Región, se están dando casos de furtivismo recientemente, lo que ha obligado igualmente a aumentar la vigilancia y establecer controles aleatorios.