Con una buena plomada es peor el remedio que la enfermedad, pues sacas las tripas pero dejas todo sucio y con las consiguientes bacterias dentro y sin posibilidad de lavar.
Cuando ha habido gran cantidad a eviscerar, entre dos, personas, uno abre y el otro espolsa de un golpe seco, y se agiliza bastante, a falta de lavar.
Con las flechas la cosa cambia.