Esto no es nada nuevo, las pocas perdices que quedan tienen que comer las ponzoñosas semillas de una agricultura arcaica y subvencionada.
Eso si han llegado a adultas porque de pollos comen chicharrillas y hormigas y pulgones que muchas veces también están envenenados.
Hay cosechas que no se recogen pero se siembran para cobrar la susodicha subvención.
Por otra parte en un País donde los gobiernos no protegen la producción agrícola y ganadera de no haber subvenciones tardarían poco en desaparecer los dos grandes pilares del sector primario de la economía Española.
Lo mires por donde lo mires.
Madre que pena.