Gracias a todos.
Unos días después he tenido la ocasión de recorrer con detenimiento la zona quemada.
El espectáculo es desolador.
Los remolinos de aire levantan nubes negras en unos campos que ayer estaban llenos de vida, de gentes afanadas en las labores del campo en época de cosecha..., de ganado, de aves únicas , de reptiles, de mamíferos grandes y pequeños..... Una variadísima fauna que hoy deambula desorientada por los caminos llenos de huellas polvorientas. Imagen que contrasta con la de buitres, rapaces, cigüeñas o cuervos,...que hacen su agosto particular con los caídos.
Los ganaderos se afanan en recomponer sus explotaciones llenas de ovejas ennegrecidas, acarradas bajo las encinas quemadas donde los dueños les suministran pacas, peladuras de tomate y todo aquello que pueden acarrear para su sustento. Otros han tenido que trasladar el ganado, a otras fincas contratadas in-extremis.
El daño ecológico es grande, pues no imagino la cantidad de pequeños mamíferos y sobre todo aves que pueden haber quedado atrapadas por las llamas, sobre todo pollos de avutarda. Pero la verdadera tragedia está en la explotación del campo. Pienso en todos esos que son amigos y que aún no saben cómo van a salvar este año.
El tema de conversación en mi pueblo no es otro. Las gentes idealizan lo pasado.... y lo que pudo pasar..... siempre terminando sus particulares testimonios con un “ Y gracias a Dios que...”. Y así fue.... “gracias a Dios que...”.
Hoy mi pueblo recupera su ritmo de vida normal, el ritmo de unas gentes sencillas que luchan por sobrevivir en una tierra extrema y dura. Gentes que en su memoria siempre recordarán aquel incendio del verano del 2015.
http://youtu.be/xiw1DLDQWcY