Consejos para cobrar las reses que dejamos heridas
Quizás sea por cultura o por la forma comercial de acceder a la caza, pero lo cierto es que, en líneas generales, y sin decir que nos importe una higa, los aficionados españoles no damos mucha importancia a las reses heridas.
Sangre muy oscura es sangre venosa, hace menos daño. Sangre muy roja es sangre arterial, lo que significa una herida más seria
Cuando viajas a Centroeuropa, donde las tradiciones de caza pesan mucho, ves que no hay cazador que duerma si no termina de cobrar ese jabalí o ese ciervo, rebeco o corzo que se fue tocado. Hay tanta tradición en lo que a cobro se refiere, que los alemanes han creado unas cuantas razas de perros sólo para este fin. Y en muchas comarcas hay expertos en el cobro dispuestos a desplazarse a donde les llamen para ayudar a la recuperación de reses heridas con sus perros de rastro. Aunque todavía no estamos en ésas, en España ya contamos con una asociación dedicada a los perros de sangre, la AEPES, que ayuda a todo aquel aficionado que quiera adentrarse en el fantástico mundo del rastreo con perros de sangre.
Signos de una res herida
Cuando hacemos blanco, el animal en cuestión sufre una herida que suele cursar con pérdida de material biológico de distinto orden, siendo estos indicios diferentes según sea nuestro punto de impacto. Lo primero que rompe la bala es pelo y piel. Según sea el tipo de pelo, podemos saber de qué parte del cuerpo estamos hablando en función de su color y longitud. Este pelo también es consecuencia de los daños en la salida de la bala, en el caso de que ésta guarde suficiente energía para atravesar al animal. En la salida la cantidad de pelos arrancada es casi siempre mucho mayor por el efecto de expansión de la bala.
El segundo indicio suele ser la propia sangre del animal. Tanto su color como su consistencia nos van a indicar mucho sobre la herida. Sangre muy oscura es sangre venosa, hace menos daño. Sangre muy roja es sangre arterial, lo que significa una herida más seria. Sangre rosa, en especial si va con burbujas, significa impacto en las vías aéreas: pulmón o boca. Bueno en el primer caso y nefasto en el segundo. Sangre con restos de contenido vegetal implica tiro de panza o de esófago, malo en cualquier caso si no va acompañado de una trayectoria que pueda haber afectado a órganos más vitales. Además de ese contenido estomacal de color verde y con restos vegetales, la bala puede hacer salir trozos de hueso que -por su forma- nos indiquen la parte del cuerpo a la que pertenecen. Huesos pequeños y planos son típicos de las costillas, mientras que huesos gruesos y curvados son propios de las extremidades.
Principales consejos a la hora del cobro
Asegurar el tiro antes de realizarlo para evitar herir a las reses.
Observar la reacción de la res al tiro.
Recordar de forma precisa el punto en el que se encontraba la res cuando hemos tirado y cuál ha sido su ruta de huida.
Revisar concienzudamente el lugar del tiro.
Tras cerciorarnos de que hemos hecho blanco, aguardar al menos media hora para dejar tiempo a que se enfríe el animal.
En el cobro, revisar sistemáticamente la ruta de huida durante al menos doscientos metros, aun sin indicios.
No perder de vista un indicio hasta tener el siguiente.
Mantener una actitud preventiva ante la posibilidad de que la res salte de su encame, mirando continuamente hacia delante.
Si no nos vemos capaces, hay que recurrir a la ayuda ‘profesional’ de algún amigo experimentado o de un buen perro de rastro.
Si no damos con la res, no está de más volver algunos días después para ver si conseguimos verla de nuevo o tirarla en caso de estar herida.
http://www.elcotodecaza.com/reportaje/caza-mayor/consejos-cobrar-reses-dejamos-heridas-170113