Os quiero relatar mi última espera y la preparación de los días anteriores.
Llevo el fin de semana cebando y controlando horas y entradas en diferentes cebaderos del coto. El sábado pasado hice una en el barranco que saben algunos de por aquí, que tengo controlado, me quite a las 00:30 y el reloj me dijo a otro día que entraron a la 2:30, demasiado tarde para mi impaciencia de novato, además de que pienso que el aire o algo, los mosqueo; ya veré qué hago con ese barranco...
Mientras tanto, tengo un bidón en un llano que no lo cogen mucho, pero lo tengo ahí... latente, es un buen sitio, pero lleva solo un par de semanas...Ya llegarán los "tiempos del hambre"... Mientras tanto, centro mi atención en un pequeño bancal con un balate de piedras, de donde sale un Chaparro grande dando sombra a una plaza, que al quedar en bajo se queda el agua estancada formando una charca de barro que ahora solo tiene eso,...barro medio seco.
Este bancal se encuentra cerca del camino que sube al corazón del coto y donde se ponen los perdiceros con sus pájaros para el reclamo. Es un sitio transitado por estos, pero me respetan los bidones y cebaderos que voy poniendo.
Soy el único que caza la mayor en el coto, estamos muy pocos socios y soy el único que hace aguardo y con arco... vamos, que soy un "bicho raro"...
El primo de mi mujer, que fue el que me metió en tan "selecto grupo", dice que voy a perder el tiempo y el dinero....
Yo le digo que mientras voy y vengo vida tengo...(mientras con media sonrisa pienso en el día que llegue a cazar uno, le voy a meter la cabeza del guarro en el puesto de la perdiz, por listo y sobrado)...
En fin.. Bromas a parte y volviendo al bancal que nos atañe...
Hoy es 13 de febrero...vispera de San Valentín, y como cual Cupido en busca de enamorados, me presento en el Coto a las 11:00 de la mañana, y quiero ver, como todos estos días, a qué hora han llegado nuestros amigos "los visitantes", porque estoy casi seguro que entrar...han entrado.
Efectivamente, al acercarme, compruebo desde lo alto de una pequeña loma como el montón de piedras que tapa el maíz estás tirando, así como el reloj.
No tomo ninguna precaución a la hora de entrar a la plaza, no hace falta...Por ahora, me han llegado a entrar aún cebando a las 19:00, entrando después a las 22:30.
Yo creo que es porque en este coto no están nada acosados, pero nada de nada, aquí andan a sus anchas, si muchos agetreos, y eso se tiene que notar.
Cuando llego al pequeño bancal me encuentro que uno de los montones, el de mezcla de maíz y cebada ha desaparecido, y el otro montón con almendras, solo seis o siete no más, han dejado nada más que las cáscaras.
Mi cara esboza una pequeña sonrisa, sabiendo que esta noche puede ser la noche.
Me dirijo hacia el reloj, se ha parado a las 21:40, como todos estos días, en la que la franja horaria viene siendo alrededor de esa hora. Relleno de nuevo los dos montones, sin pisar mucho lo fregado y me vuelvo al coche.
Esta noche han dado viento fuerte del SE, entrandome "los amigos"por mi izquierda, al igual que el viento. No creo que el aire esta noche sea un problema...Ya lo veremos...
Mientras conduzco dirección al pueblo, voy repasando las cosas que no tengo que hacer para cometer algún fallo y repaso la lista de todo lo que tengo que echar al maletero, me gusta repasarlo bien, mi mujer dice que soy un "culo-apretao"...A mi me gusta decir que soy metódico, o quizás lleve razón, que mas da, es mi manera, ni buena ni mala...Una más.
Una vez en el pueblo, como con mi suegro, juego un rato con el peque, siesta correspondiente para aguantar esta noche sin pegar cabezadas, ducha y cargar el coche con los aéreos.
Llego al coto, dejo el coche alejado de la plaza y me cambio allí mismo.
Me pongo el mono de camuflaje que me regaló mi amigo, el Brigada Carreño, al cargo de la 5° Bandera del Tercio, es un chaval joven, pero tiene que ser un coco, ha llegado a ser Brigada a la primera.
El mono es de esos de invierno que no hace nada de ruido, dice que es de cuando estuvo destinado en la Emmoe, que porcierto, va de lujo.
Tengo pensado regarle una pata del jabalí, si es algún día cae uno...Esperemos que sí.
Procedo a coger los aperos y pal puesto.
Son las 19:00 quedan poca claridad y ya lo tengo todo montado y controlado, ahora solo queda...Esperar.
ALEA JACTA EST.
La suerte está echada...Es lo primero que pienso en cuanto me relajo en mi silla del Decathlon, con el disparador en mi muñeca y el arco en mi regazo. A mi derecha mi mochila de ataque y encima el carcaj repleto de full metal jaquet cortadas a 30, me gusta tenerlas a mano.
El viento sopla fuerte, aunque tengo el puesto incrustado en un viejo y grande chaparro, donde no recorto nada de silueta, me entra el viento por la izquierda que a rachas me mueve...Es lo que hay, aquí sopla el viento casi todos los días, hay que acostumbrarse.
Entre el mono del Brigada, mis Salomón en los pies, mis guantes del Decathlon y mi pasamontañas, no tengo frío pero es desagradable tanto viento.
Una cosa que si he notado diferencia en comparación con las otras esperas es el uso de las mascarillas en la boca, desde que me las pongo, o entran y los veo, o disparo, o entran más tarde, pero entran, en las tres últimas no me han sacado, no se si sera por eso, o porque cada vez hago las cosas mejor....Será..de todo un poco.
Tengo hambre, son las 20:00, y me dispongo a hincarme el bocata que me ha hecho la suegra, con pan del pueblo, que está más bueno que el propio chorizo, no quiero que me entren a la plaza y me pillen de merendola, así que a mover el bigote.
Termino en un pis-pas, buchito de agua y otra vez al turrón.
Pasan escasos 20 minutos desde que acabé el bocata y de repente, escucho una piedra, me quedo atento, pero el viento me lo pone difícil, otra piedra...y.....El inconfundible sonido de masticar maíz...
Uuuuoooo....Están ahí los jodidos y ni me he enterado...
El subidón...De escándalo, pienso, en que tengo que tranquilizarme, vuelvo a meditar mis movimientos, pero los nervios no me dejar... respiro... cojo aire y decido primero encender y ver que hay y como está.
Enciendo y me encuentro a dos visitantes, me aguantan la luz mas de 20 segundos sin problemas, a mi izquierda...Uno pequeño, no se distinguir si es Bermejillo o algo más grande, pero no creo que mas de 30 kilos.
A mi derecha y más tapado otro grande de cojones, como el doble del de mi izquierda, con una actitud más huidiza, comía y se retiraba un par de pasos, volviendo a comer, así dos o tres veces, y de vez en cuando regañando al más pequeño.
El otro comía descaradamente, pero de frente a mi. Me espero unos diez segundos y me dispongo a encender y si esta de lado, darle matarile.
Al poner el arco recto y encender, me doy cuenta que la resistencia al viento es considerable y me va dar problemas... enciendo y el pequeño está de lado, un poco cuarteado pero los nervios no me dejan vivir y me ciega el ansia.
Groso error.
Abro y cuando anclo, el ruido, aún con el viento, lo sienten y se les ponen las orejas de punta a los dos, el grande da dos pasos para atrás y lo pierdo de de vista, el pequeño amorra para seguir comiendo....
Lo primero que pienso...!!!!Esto está hecho!!!
Groso error.
Intento mantener el arco lo más recto posible pero el viento me lo empuja hacia la derecha y hacia arriba, se mueve, "sus muertos"... Doy la orden de disparar y la flecha le pasa por alto...Espantada y polvareda...
El grande se esfuma liandola parda por mi derecha subiendo un repecho y el pequeño se mete en el Chaparro que hay a mi izquierda.
Me quedo congelado tres minutos, esperando algún movimiento, mientras me cago en el demonio mil veces.
Cojo otra flecha la pongo y espero...
A los 15 minutos escucho al pequeño moverse bajo el Chaparro...Pero no da la cara.
Del grande, no supe nada más.
Me quedé esperando en el puesto a ver si salía a la plaza, pero se limitaba a pegarme bufidos y detelladas, así estuvimos hasta las 1:30 que desistí y me retiré del puesto.
Creo que, por la actitud de mis amigos visitantes, era una madre con su hijo.
A TORO PASADO
No me quedo solo con el lance fallido, obviamente es una putada, pero al ser la primera vez que le tiro al jabalí, me ha servido para aprender un montón de cosas, cosas bien hechas que se van a convertir una tónica, que se quedarán asentadas en la CPU de mi ordenador de abordo, cada vez que vaya de espera y cosas mal hechas que sé que tengo que corregir/cambiar para minimizar las opciones de fallar.
En definitiva, sabor agridulce que me deja este lance que para la buena verdad, más dulce que agrio, por tener la certeza de que ahora sí... estoy en el camino.